jueves, mayo 16, 2024
Anúnciate aquíGoogle search engine
- Advertisement -spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

Familia: sembrando la semilla del ahorro


Dinero Tropical

Por José Hernández Herrera

Partamos de una idea básica. El ahorro por sí mismo es un gran habito, pero si la gente no lo percibe como parte de su identidad sus alcances no serán grandes.

Imaginemos una persona que gana 10 000 pesos al mes y ahorra 1000 pesos. Al año, tendrá 12 000 pesos ahorrados.

¿Qué podrían significar esos ahorros para el próximo año?

Eventualmente ese dinero podría ocuparse para dos grandes funciones inmediatas.

1.-Seguridad: si alguien se enferma se puede pagar el doctor y la medicina de una enfermedad no grave. Si se descompone el coche se puede comprar el servicio de reparación. Lo mismo aplica para electrodomésticos, multas y otro tipo de gastos inesperados.

2.-Diversión y sueños a cumplir: si se tiene ahorrado 12 000 pesos, suena prudente ocupar esos 5000 pesos para un viaje que sea una experiencia inolvidable. O al menos esa será la expectativa. Se puede festejar el bautizo, cumpleaños o algún otro tipo de festejo. En fin, esto también puede aplicar para ropa, comida o aparatos electrónicos no tan necesarios.
Estos planes son a corto plazo. De ahí se tendrían que paralelamente integrar ahorros para invertir en nuestros proyectos a largo plazo. Temas más ambiciosos como la jubilación, compra de una casa, emprender un negocio a largo plazo, educación universitaria de hijos entre otros temas.

Ese estilo de vida con ahorro puede ser una forma de vida del mexicano. Y lo mejor es que si muchos mexicanos hacen eso y esos mexicanos lo transmiten a sus hijos y posteriormente esos mexicanos se sienten orgullos de lo que hicieron sus padres en cuanto al ahorro y por lo tanto lo transmiten a sus hijos también, poco a poco se crea una tradición al respecto.

Sin embargo, nuestros objetivos de ahorro en los mexicanos, en un gran porcentaje, son muy parecido al famoso “si se puede” que ocupamos cuando la selección mexicana de futbol va perdiendo. Bajo esa lógica, una frase motivadora se desvirtúa por querer solucionar de última hora bajo un grito unido lo que se debió haber solucionado antes. Tiene al igual que en el futbol un denominador común: el pensamiento mágico. El querer soluciones de última hora a problemas que requirieron esfuerzos previos.

La pregunta del millón aquí es ¿Cómo sembrar la semilla del ahorro para que se vuelva parte de la identidad de un pueblo y no andar queriendo solucionar de última hora nuestros problemas financieros con el “sí se puede”? Existen tres grandes creadores de conciencias.

1.-Familia
2.-Escuela
3.-Sociedad y Gobierno

Hoy me enfocaré en la familia. Los mexicanos, en general, amamos el grito el 16 de septiembre y nos sentimos orgullosos de la cultura de Oaxaca. Tenemos como referentes de vacaciones a Acapulco o los pueblos mágicos cercanos a donde vivimos. Tenemos gran experiencia en temas agropecuarios y en la construcción en general. Eso significa tener una identidad como mexicanos.

Lo mismo pasa en la familia. Nos sentimos orgullosos del tío ingeniero. Adoramos las enchiladas de nuestra mamá. Admiramos la disciplina de trabajo de nuestro padre. Nos gusta ir de vacaciones a la playa que nos queda a dos horas de la casa. Presumimos la fiesta familiar que se hace cada 31 de diciembre y que le hemos dado un toque especial de los Martínez o los López.

Lo mismo debe de trabajarse con el ahorro. Si en la familia el proveedor/a y el administrador/a ven como un timbre de orgullo el guardar parte de su dinero y posteriormente ocuparlo para proyectos de inversión, seguridad o diversión se está creando cultura. Eso se logra integrando a la familia en esa práctica. Se debe platicar con ellos de como ahorran, para que y porque lo hacen. Mejor aun si poco a poco lo integran con prácticas infantiles como el ahorro en una alcancía o en cuentas bancarias para niños.