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FALANGES: Sobre la participación ciudadana

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Luis Adalberto Maury Cruz
lmaury_cruz@homail.com

La participación ciudadana no se restringe al derecho electoral. La ciudadanía como condición jurídica remite a la nacionalidad y a la mayoría de edad. Como condición política refiere al ejercicio de prerrogativas políticas, a la intervención en la vida pública, esto es un derecho humano contemplado en el Artículo 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y en los artículos 1º, 25, 35 y 133 de la Constitución Federal.

Es claro que la participación ciudadana es el medio para tener un gobierno vigilado, para ello se requiere del acceso a la información pública la cual también es un derecho humano y una obligación del Estado el proporcionarla. No hay un gobierno democrático y garantista si es omiso de sus obligaciones de informar y si no cumple con la transparencia proactiva.

La ciudadanía, como ejercicio de derechos políticos debe de estar presente en toda la gestión pública en: el diseño, el desarrollo y la evaluación de las políticas públicas de tal forma que sea vigilante de los servicios y obras. Esto es una cultura democrática.

El problema recurrente es la baja participación de los ciudadanos, esto ocurre por dos razones comunes: a) Las condiciones de pobreza y b) La falta de interés. Así un Estado donde la cantidad de personas en condiciones de pobreza es alta, en México hay más de 60 millones de personas en ésta condición, hay un menor ejercicio de ciudadanía, pues tienen prioridades apremiantes, las primeras necesidades. La pobreza es un inhibidor de los derechos políticos; sin embargo la falta de interés en lo público, es un medio que hace proliferar los abusos y la corrupción en el gobierno.

En efecto, hay movimientos sociales motivados por la pobreza, mejor aún son justificados por ésta condición. Sin embargo, ¿por qué en la actualidad la crisis económica y la pobreza no ha generado un movimiento social? quizá la respuesta es la clásica: no hay revoluciones sociales sólo hay revoluciones políticas; y hoy la sociedad está en procesos de hiperindividualización, que merman la solidaridad; aunque hay otras asociaciones de nueva generación que antes no existan, como son las redes sociales y la e-política.

Es notorio que la pobreza es un elemento que inhibe el crecimiento económico, pues no hay poder adquisitivo o éste es muy raquítico; así la pobreza no es problema moral, es un problema económico y político que deteriora la condición de vida de la persona y su estatus de ciudadanía.

La debilidad del desarrollo democrático se debe a: a) El desprestigio de la clase política, que genera un rechazo de lo político y b) La falta de una pedagogía de la ciudadanización y del valor de lo cívico, no coarta la consciencia pública.

Es menester tomar conciencia de la importancia de lo público y tener un compromiso político, no como acción partidario sino como agentes de fiscalización del gobierno a través del ejercicio de los derechos. He aquí las preguntas capitales: ¿Cómo participar en lo público?, ¿Cómo contribuir con el desarrollo cuidando? El punto central es reconocer que nuestros actos también son públicos y sociales, que el bien común requiere ser realizado desde lo micro, en el día a día, por ejemplo: barriendo el frente de la casa, no arrojando basura a la calle, no estacionarse en lugares prohibidos;… esto permite predicar con hechos.

En efecto, es necesario elevar la conciencia reconociendo que se tiene derecho a participar en el gobierno, para ello hay que exigir información pública y analizarla, ¿acaso la contraloría ciudadana no inicia con la información pública? Reclamando el trato digno en los servicios y obras públicas. En fin, ¿usted qué piensa?…

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