A propósito del fascista Biden en su patético papel de mediador: 20 camiones para Gaza y 10,000 millones de ayuda a Israel.
Crónicas Ausentes
Lenin Torres Antonio
Cuando vi en vídeo al Ministro israelí de defensa Yoav Gallant ordenar el asedio total a Gaza, y textualmente decir, “sin agua, sin alimentos, sin combustible sin electricidad, …son hombres animales y debemos actuar en consecuencia”, pude constatar el profundo desprecio y odio que tiene el sionismo a los palestinos, y podemos decir que en general al mundo musulmán, y me hizo recordar inmediatamente a Hitler y su ministro de propaganda Joseph Goebbels, y la posición racista que tenían de los judíos. Paralelismo crudo y cruel, pero real que refleja la posición racial del sionismo ahora gobernando Israel.
Vivimos una cruel realidad en el Medio Oriente que evidencia el verdadero rostro sádico, racista, y falso de los que gobiernan el mundo occidental, encabezado por los EEUU, que cuando le tocan sus intereses económicos no dudan en emplear toda su poder militar para someter y sojuzgar a los diferentes e “inferiores, y que Israel es una extensión del poder de los aliados “ilustrados en el Medio Oriente.
La respuesta desesperada de Hamas contenida en la opresión de Palestina desde que occidente creó el estado de Israel, seguro podemos condenarla, aunque también tiene una causa, ya que paradójicamente primero Hamas fue un grupo creado por occidente para contener el movimiento de resistencia de liberación de la causa Palestina encabezada por Yasir Arafat, envenado por los servicios secretos del MOSASAT, el servicio secreto y de inteligencia de Israel, y ahora es un grupo extremista que busca resolver a través de la violencia la causa Palestina y es enemigo del estado sionista de Israel.
Los medios occidentales han divulgado una narrativa de Hamas como si fueran un grupo extremista de bandidos que no tienen una causa justa (1), ocultando que, ante el agotamiento de la diplomacia controlada por Occidente, y la política para hacer justicia a los palestinos, ha recurrido a la violencia como la única alternativa para hacer justicia al pueblo Palestino.
Pero los entresijos de la causa palestina que desde hace 75 años vive la opresión y el asedio sionista, nos dejan ver que si no se ha resuelto es porque EEUU y sus aliados tienen poderosos intereses en el Medio Oriente que les obligan a justificar el comportamiento opresor sionista y la negación de parte de Israel a respetar las fronteras establecidas en el 1947, y al contrario, lo vemos como se ha apropiado de más territorios y han poblado con asentamiento irregulares dichos territorios expropiado ilegalmente. Así que si ahora se han volcado unísonos los aliados a justificar el genocidio que se perpetra en Gaza, no es casual ni fortuita. Pues si no fuese así desde hace tiempo se hubiera permitido legalizar el Estado Palestino con toda autonomía y libertad, recuperando sus territorios anexados por Israel, pero si no ha sido así es porque el poder geopolítico obliga la inoperancia de los organismos multinacionales como la ONU, que como siempre luce inservible y tendencioso.
El problema palestino-israelí todos sabemos que se puede resolver creando el estado palestino, y respetando sus límites territoriales de 1947, y vemos como esa solución que le quitaría la justificación de existencia a cualquier extremista, no ocurre porque el problema es geopolítico, los EEUU en lugar de provocar y obligar a Israel a sentarse a negociar con el mundo islámico, manifiesta su total apoyo al estado sionista de Israel, y aprovechando el conflicto, envía tres portaviones al mediterráneo, poniendo un ojo en palestina y el otro en la guerra ucrania-rusa, en pocas palabras, los EEUU no tiene ningún interese que se resuelva la causa palestina, sino defender sus intereses geopolíticos en el medio oriente, y evitar que Rusia y China ganen terreno.
Paradójicamente vemos como el comportamiento sionista Israelí es el mismo comportamiento fascista hitleriano, nada más que a éste nos lo han vendido como el más grande mal que ha ocurrido en el mundo, y que el genocidio judío fue la atrocidad más grande que ha ocurrido a la raza humana, dejando a un lado los 20 millones de rusos muertos en la 2ª Guerra Mundial, y otros millones alemanes, japoneses, franceses, polacos, etc., y miles de millones muerto por “la otra solución final” que el neoliberalismo ha provocado en el mundo, así como de los conflictos en Asía, África, Medio Oriente y Sudamérica que han avivado los EEUU y sus aliados para sostener una geopolítica unipolar, hoy comprometida por Rusia y China.
Expectantes ante el genocidio que perpetra el estado sionista fascista de Israel en Gaza, esperábamos una mediación justa y que resolviera de tajo el problema palestino-israelí de parte del presidente Biden, y el resultado de su visita a Tela vid fue que logró la ridícula y patética solución de que Israel permitiera la entrada de sólo 20 camiones de ayuda para la población palestina en Gaza, y eso sí, se llevó el encargo que iba a tramitar los 10,000 millones de dólares que Israel le pide a EEUU para continuar la guerra, y nada más, hoy sus esbirros como el primer ministro de Inglaterra Sunak, siguiendo los mismos pasos, visita al fascista Netanyahu para decirle que “queremos que gane”, frase beligerante alejado de la paz y el diálogo, y así hemos visto como el mundo occidental introyecta en el inconsciente colectivo que los judíos son “los buenos” y los islamista “los malos”.
El mundo vive los momentos más oscuros de su ideal civilizado, pues los bloques del poder multipolar, ya ni siquiera tratan de justificar racionalmente su injerencismo, el poder de las armas es el que habla, y quien tenga la economía más fuerte y pujante es quien tiene la razón. El mundo se debate en, o, seguir los espejismos ilustrados del bloque de los aliados, encabezado por los ingléss de EEUU e Inglaterra, quienes concentran las riquezas del mundo, o, deja paso al bloque ruso-chino que no tiene como conceptos la democracia, ni los derechos humanos, ni el estado de derecho. Cualquiera de las disyuntivas no son opciones humanizada ni con justa redistribución de las riquezas.
Descanse en paz nuestra civilización occidental.
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