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Agresiones contra féminas, en la impunidad, reclaman

Carolina Gómez y Jéssica Xantomila

Ciudad de México.- En México “estamos en una (…) crisis de violencia contra las mujeres”, pues no han disminuido los feminicidios, la violencia sexual y las desapariciones, denunciaron familiares de víctimas de estos delitos.

Luego de marchar por cerca de dos horas del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino, aseveraron que la mayoría de los casos siguen en la impunidad, en algunos porque no se ha detenido al culpable y en otros porque aunque hay  detenidos los procesos judiciales son largos.

Durante la multitudinaria marcha, miles de mujeres reprocharon que las políticas preventivas no ha reducido los feminicidios y las agresiones

En el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres, que se conmemoró este sábado, las manifestantes colocaron en la Plaza de la Constitución un memorial de siluetas para representar “a las 3 mil mujeres asesinadas al año”.

Este símbolo “es uno que desde décadas ha venido acompañando la justicia y la verdad, desde Ciudad Juárez (Chihuahua). Son símbolos de resistencia para que no se olvide, para que no se repitan hechos violatorios a la integridad y a la vida de las mujeres”, aseveró María de la Luz Estrada, directora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.

En el mitin, madres de mujeres asesinadas y desaparecidas contaron sus historias. Entre ellas estuvo Maricruz Velazco, madre de Karla Gómez, quien fue asesinada el 4 de julio de 2018 en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas:

Refirió que su hija “fue violada, golpeada y tirada a la calle para que le pasara un carro encima. El Estado me quiere decir que fue un accidente, pero no es cierto. Hoy reclamo este feminicidio, peleo la reclasificación del delito”.

Otra de las que participó fue Mercedes Rangel, madre de Monserrat Mejía, “víctima de feminicidio agravado porque estaba embarazada”. Monse fue agredida en Ecatepec, Estado de México, el 17 de febrero del 2021.

Las historias fueron escuchada por el resto de asistentes, quienes a cada narración respondían: ¡Ni una más, ni una asesinada más!, ¡Justicia, justicia!

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