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No hay registro de datos para fallecidos no identificados

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El manejo de fosas comunes en cinco municipios de Veracruz evidencia la falta de registro de datos sobre las personas fallecidas no identificadas que podrían ayudar a su identificación, así como el mal estado en que se encuentran estos espacios que en algunos casos han sufrido inundaciones, deslaves e incluso la pérdida de restos humanos. 

El diagnóstico sobre el manejo de fosas comunes en los municipios de Acayucan, Poza Rica, Xalapa, Coatzacoalcos y Minatitlán –elaborado por el Equipo Mexicano de Antropología Forense– revela una grave problemática en cuanto a la inhumación y exhumación de restos, que en muchos casos al no ser identificados en un lapso de 7 años son exhumados para que los espacios sean reutilizados, perdiendo toda posibilidad de identificación.

Las observaciones más importantes señalan que no todos los panteones tienen un espacio destinado para la inhumación de personas fallecidas no identificadas; estos espacios no están delimitados claramente dentro de un área del panteón; tampoco se cuenta con planos, registros o marcas que proporcionen información de ubicación de fosas. 

Personas desaparecidas o no localizadas 

De acuerdo con estadísticas públicas de la Comisión Nacional de Búsqueda, en 2021 en el estado de Veracruz había 6 mil 804 personas desaparecidas y no localizadas; de esa cifra mil 407 fueron localizadas, mientras que 5 mil 397 siguen desaparecidas o no localizadas. 

Del total de personas desaparecidas o no localizadas, 4 mil 713 (69.27 por ciento) son hombres y 2 mil 074 (30.48 por ciento) mujeres; mientras que se señala que 17 personas corresponden a una categoría indeterminada. 

Los municipios con mayor número de personas desaparecidas reportadas con el puerto de Veracruz con 933, Xalapa con 653, Córdoba 259, Coatzacoalcos 226, Poza Rica 206, Orizaba 169, Boca del Río 103, Pánuco 101, Tuxpan 94, Cosamaloapan 86, Tierra Blanca 79, Isla 68, Papantla 64, Temapache 62, Camerino Mendoza 59.

En Pueblo Viejo 59, Coatepec 53, Fortín 50, La Antigua 48, Ixtaczoquitlán 48, Nogales 44, Actopan 42, Tihuatlán 40, Medellín 34, Río Blanco 33, Minatitlán 32, Playa Vicente 29, Tres Valles 30. Sin municipio de referencia se tiene el registro de 184 personas y se desconoce el dato de mil 509.

Pese a estas cifras, en la Comisión Nacional de Búsqueda no hay información sobre personas fallecidas no identificadas enviadas a la fosa común o que permanecen en algún servicio médico en espera de su identificación. El 19 de octubre de 2020, la titular de la FGE, Verónica Hernández Giadans, admitió que existe un rezago en la identificación de restos humanos, pues a la fecha acumulan mil 200 cuerpos que se encuentran en el Servicio Médico Forense (Semefo).

El informe señala que en los últimos años Veracruz ha tenido un incremento considerable en el número de casos de privación ilegal de la libertad, así como otros delitos relacionados con la desaparición de personas, como son secuestro, trata de personas, narcomenudeo y homicidios, que han contribuido a la saturación de los Semefo, ya que se vieron rebasados por el número de personas fallecidas que recibían. 

Como resultado, un gran número de víctimas de estos delitos no pudieron ser identificadas, por lo que las inhumaciones en las fosas comunes aumentaron de tal modo que empezó a ser notoria la falta de espacio. 

El estado de las fosas comunes 

La información sobre el número y estado de fosas comunes en panteones municipales de Veracruz es limitada porque en la mayoría de los casos estos espacios son operados por la FGE y no por el municipio, lo que hace evidente la falta de coordinación entre instituciones. 

En el informe se advierte que en Acayucan se tienen identificadas dos fosas; en Coatzacoalcos una, en Xalapa tres, en Minatitlán 13 y en Poza Rica 24; sin embargo, se advierte que en este último caso no cuentan con una área definida de fosa, y la cifra podría referirse al número de personas inhumadas. 

De acuerdo con datos, en Acayucan se han realizado 39 inhumaciones de personas fallecidas no identificadas de 2014 a 2018; en Coatzacoalcos 11; en Poza Rica 14 entre 2011 y 2020; en Minatitlán se tienen 47 reportes, 32 de los cuales ocurrieron entre 2000 y 2021.

En Xalapa, no se tiene identificado el número pues aunque en el panteón Palo Verde se han han realizado 20 mil 743 inhumaciones desde 1913, no se tiene información sobre cuántas de estas corresponden a personas fallecidas no identificadas, dado que también incluyen a personas de bajos recursos a quienes se les da este beneficio e incluso a personas que murieron en situación de calle.

Panteón de Acayucan 

El panteón municipal de Acayucan señala que desde 2018  se realizaron 39 inhumaciones de personas fallecidas no identificadas, y de los años siguientes no se tiene información porque los datos fueron sustraídos por pasadas administraciones, según lo informado por autoridades locales. 

Además, las condiciones en que se encuentra el panteón y la fosa común no son adecuadas; el panteón no cuenta con sistema de seguridad, sistema de drenaje pluvial, equipo básico de bioseguridad o herramientas para inhumación. En la administración anterior, debido a la falta de drenaje pluvial, hubo serias inundaciones y algunos ataúdes se salieron de la tierra.

No hay registro actual de su capacidad para inhumación, pero el cementerio ya no cuenta con espacios nuevos para inhumación, por lo cual las inhumaciones se realizan mediante reutilización de bóvedas, e incluso se han utilizado espacios de los pasillos para ello.

A partir de 2019 las oficinas involucradas en el manejo del panteón llevan un registro de las personas fallecidas no identificadas; sin embargo, no se realiza la anotación de la ubicación de la fosa en que fueron sepultadas, y se desconoce la manera en que la FGE hace el registro, pues en este panteón es la Fiscalía quien tiene el control total de las fosas comunes y no existe trabajo en conjunto con el personal del panteón. 

En estas inhumaciones los cadáveres son sepultados, algunas veces en caja y otras en bolsa para cadáveres. Hay inhumaciones tanto individuales como colectivas, por ello es que se desconoce el número exacto de inhumaciones. 

Panteón Coatzacoalcos 

En este municipio se tienen dos panteones municipales, el primero de ellos es el panteón Lomas de Barrillas que presenta problemas de saturación e inundaciones, por lo que se encuentra cerrado. El Panteón Municipal Jardín tiene una área de fosa común, pero no hay información porque está a cargo de la FGE, y la administración del panteón únicamente está al tanto del registro de inhumaciones que esta dependencia les proporciona. 

La barda perimetral del panteón se encuentra incompleta en su parte oeste debido a que durante un sismo hubo un deslave de tierra que provocó el derrumbe de la barda. En este mismo evento algunas de las bóvedas se fueron hacia la barranca. No cuenta con personal de seguridad. Al interior del panteón se localiza la morgue de la cual se encarga directamente el fiscal. 

En el área de fosa común es que no se realiza mantenimiento, pues la maleza es sumamente alta y no se puede apreciar si existen fosas delimitadas, marcadas, o incluso si existen entierros. Se tenía considerada la instalación de un panteón ministerial, una obra que recientemente fue cancelada debido a problemas en la donación de los terrenos, así como en su planeación.

Solo se cuenta con la información a partir de 2018, momento en que toma funciones la administración actual, y a la fecha únicamente tienen el registro de 11 personas fallecidas no identificadas inhumadas en el área, y en ocasiones la Fiscalía llega con los documentos de varias personas para ser sepultados en una sola diligencia. 

Panteón en Poza Rica 

El panteón Municipal San Lucas, de Poza Rica, no cuenta con servicios de drenaje, iluminación, seguridad, y la barda perimetral se encuentra incompleta; tampoco cuenta con espacio específico y delimitado para fosa común, sino que las personas fallecidas no identificadas son sepultadas en el lugar que se encuentre disponible por rehuso, el cual en los registros internos del cementerio cuenta con número de sección y lote asignado por el panteón; sin embargo, los espacios asignados para sepultura no cuentan con una marcación o placa que las identifique, 

Un dato inquietante es que el reglamento del panteón contempla la posibilidad de que los restos puedan ser cremados si así lo solicita la Fiscalía, sin mencionar a detalle cuáles serían las circunstancias en que esto podría ser permitido. 

De acuerdo con información proporcionada por la Regiduría Cuarta del municipio de Poza Rica, la cual tiene a su cargo lo relativo a los panteones municipales, en los espacios se tiene un número de 64 personas inhumadas entre 2011 y 2020, pero no cuentan con registros previos a estos años.

Panteón en Minatitlán 

En el panteón Municipal Hidalgo en el municipio de Minatitlán se observó que junto a las áreas de fosa común atraviesa un río y pantano, lo cual puede ocasionar deslaves en el área y alcanzar alguna de las sepulturas. En administraciones anteriores se presentaron alteraciones de fosas debido a socavones provocados por el río que cruza el panteón, los cuales provocaron que algunos restos óseos de los que aún se guardan registros se perdieran. 

En el sitio existen 4 áreas de fosas comunes, pero en el croquis del panteón solo se encuentran señaladas las fosas comunes 2 y 3. Los entierros de personas fallecidas no identificadas no están delimitados ni marcados con alguna placa. En las áreas de fosa común 2 y 3 se encuentran entierros de personas identificadas de bajos recursos, con construcción, con lo cual es difícil distinguir cuáles son las sepulturas de PFNI.

La fosa común 1 es la más antigua y la que se encuentra en peor estado, está constantemente inundada debido a que los entierros están en tierra pantanosa, e inmediatamente a un lado se observa un arroyo con agua estancada. No se cuentan con más datos de las exhumaciones debido a que nunca se ha realizado este proceso por parte de Fiscalía.

De acuerdo con los registros señalados por la administración del panteón hay un total de 15 personas fallecidas no identificadas enviadas a la fosa común entre los años 1988 y 1999, y 32 entre los años 2000 y 2021, dando un total de 47 personas inhumadas en estas áreas de fosa común.

Panteón de Xalapa 

El panteón General Municipal Palo Verde, de Xalapa, no cuenta con servicio de seguridad interna y el servicio de electricidad solo es parcial, pues únicamente tiene iluminación en la oficina y en la primera parte de la sección 1 de las cinco que lo conforman. Asimismo, la barda perimetral de cemento se encuentra incompleta, ya que en algunos espacios tiene malla ciclónica en lugar de barda de cemento.

La sección 4 del panteón está asignada para la fosa común, pero existe protocolo de registro o sistema de demarcación de inhumaciones para personas fallecidas no identificadas en dicha área. El registro, en cuanto a la ubicación de la persona sepultada y datos de la averiguación previa, es llevado por la FGE. 

Según el sepulturero, hubo ocasiones en que hicieron fosas de la Fiscalía de hasta 3 metros de ancho, pues sepultaron a varias personas en hileras, ya que generalmente no se hace uno encima del otro. En el área destinada para la fosa común se realizaba la inhumación tanto de PFNI, como de personas identificadas de bajos recursos, en cuyo caso se les otorgaba el servicio sin costo, brindándoles el permiso de inhumación por siete años.

En la sección 4 ya no hay un área específica y delimitada para la fosa común, sino que los entierros de PFNI se encuentran dispersos entre las tumbas de personas identificadas de bajos recursos, a lo largo de toda esa sección, algunos de manera individual y otros de manera colectiva alineados en filas.

Cabe señalar que la Fiscalía ya no realiza inhumaciones de PFNI en esta área desde el año 2016, pues a partir de entonces, tanto en el panteón como en la Fiscalía se comenzó la investigación por el caso de una persona que identificaron y que presumiblemente se envió a este panteón como PFNI; sin embargo, al realizar la exhumación para entregar los restos a su familia no fueron localizados, lo que motivó el cierre de esta área.

El informe señala que pese a ello se observaron inhumaciones y construcciones recientes en la sección 4, pese a que la sección estaba clausurada por el ministerio público a razón de que sigue la investigación ministerial del paradero de presuntas personas desaparecidas inhumadas en este lugar. 

Aunado a ello, el sepulturero es quien decide dónde inhumar a la PFNI basándose en la memoria sobre los espacios libres y desocupados para tal efecto. Los criterios que los sepultureros tomaban en cuenta para escoger un lugar eran que no hubiera un entierro reciente, que el suelo fuera suave y con menos piedra. En la oficina del panteón guardan en expedientes copias de los documentos, pero no realizaban anotaciones respecto a la ubicación de los mismos, pues relatan que la Fiscalía no les permitía estar presentes ni dar fe de cuántos cuerpos fueron inhumados ni en dónde, por lo que tampoco el panteón firmaba la cadena de custodia y la Fiscalía la conservaba. 

En ese sitio se tienen 20 mil 743 personas fallecidas inhumadas en la fosa común, pero la cifra engloba tanto a las PFNI como a las personas fallecidas identificadas de bajos recursos, y que también fueron inhumadas en la sección 4.

Conclusiones 

El informe advierte que los cinco municipios y panteones municipales con áreas designadas a la inhumación de personas no identificadas se encuentran al máximo de su capacidad de inhumaciones, y en ninguno de los municipios hay planes concretos en proceso para un nuevo panteón. 

Esto causa un conflicto para las administraciones, las cuales se encuentran en la disyuntiva de tener que reutilizar los espacios o lotes existentes tomando como indicador aquellas tumbas que han sido “abandonadas” por sus propietarios o las que no tienen ningún nombre inscrito, lo que pone en riesgo el resguardo de las PFNI, puesto que las áreas destinadas para su inhumación no están del todo delimitadas y, ya que han pasado numerosas administraciones, no se tiene un control estricto del registro de ubicación. 

En la mayoría de estos panteones faltan bardas perimetrales, protección contra destrucción natural como inundaciones o deslaves, y otra infraestructura básica tal y como lo señaló el análisis geográfico. Esto se debe a una falta de presupuesto. En todos los panteones la responsabilidad del control y registro era parcial o completamente del Ministerio Público, por lo cual existe una grave falta de control y registro de estos espacios por parte de la unidad o administración de panteones. 

“El denominador común es la falta de colaboración o comunicación entre el panteón y la Fiscalía. Particularmente, en el caso específico de Coatzacoalcos el control de la fosa común está a cargo de la Fiscalía, incluso no se pudo hacer esta valoración más a fondo debido a que estaba prohibido acercarse al área sin permiso previo de esta instancia”. 

En cuanto a los espacios, como quedó claro también en las entrevistas, la fosa común se considera como espacio temporal de inhumación, y después de los siete años estipulados en la ley se puede hacer uso de dicho espacio nuevamente, dejando los restos óseos exhumados resguardados al pie de la nueva inhumación. 

La reutilización de los espacios en las fosas comunes afecta gravemente la posibilidad de ubicar e identificar PFNI en el futuro, especialmente porque en varios de los panteones los sepultureros indicaron que la reutilización muchas veces se realiza con base en sus memorias y criterios de “ver” el espacio. 

“Debe ser una prioridad a nivel estatal cesar la reutilización de fosas de restos humanos no identificados inmediatamente, ello con la finalidad de proteger a las personas fallecidas no identificadas ya inhumadas en estos espacios y su derecho a ser identificadas, así como facilitar la evidencia”. 

La falta de continuidad entre administraciones es una obstrucción para poder dar seguimiento a proyectos de mejora en el panteón; es necesario crear un sistema administrativo con control y registros claros y revisables, y mantener la memoria del espacio. 

Por ello, recomendaron crear un grupo de trabajo que permita al Gobierno de Veracruz plantear reformas a la Ley Estatal de Salud u otra normativa pertinente para la inclusión de protocolos y procedimientos de manejo de cadáveres no identificados, de suerte que pueda especificarse en ellas los requerimientos relacionados con la trazabilidad de las personas fallecidas no identificadas y no reclamadas. 

“Esto implica armonizarla con las leyes y reglamentos existentes, de manera que no haya puntos de controversia que empañen el manejo de los cuerpos y se imposibilite su identificación, aun cuando éstos no siempre estén relacionados con los servicios médicos forenses”.

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