Atzacan, Ver.- Presuntamente sin orden de desalojo, aproximadamente 40 personas llegaron hasta las parcelas 194 y 195 del ejido de Santa Ana Atzacan y derribaron viviendas de habitantes, quienes dicen ser los legítimos dueños. Acusaron que empresarios de Orizaba coludidos con jueces corruptos tratan de despojarlos de sus bienes.
Paulino López Anzures, representante de los más de 60 colonos posesionarios de dicho ejido, ubicado en los límites con Orizaba, denunció que esta acción fue orquestada por Orlando López Olivo, quien por todos los medios y comprando a las autoridades judiciales, intenta adueñarse de estas parcelas.
Expresó que este martes por la mañana fue enterado de la llegada de este grupo de personas que tiraron puertas y ventanas con marros y barretas, mientras que con la maquinaria pesada derrumbaron techos y paredes de las viviendas construidas con materiales.
Señaló que la primera vivienda “objeto de la acción criminal, por así decirlo, fue la de María García Carrera. En escasos minutos tiraron puertas y ventanas y luego derribaron la casa.
Cabe mencionar que este ejido se ubica en la carretera Orizaba-Atzacan frente al salón Colón. Cuando los residentes se percataron de la presencia de personas armadas con machetes llamaron a la policía pero ésta nunca llegó.
Paulino López explicó que el problema se agravó en marzo de este año, cuando solicitaron la ayuda de autoridades estatales y federales debido a que por orden de un juez de distrito de Orizaba el citado empresario pretendió adueñarse de los predios argumentado que él era el propietario, “para lo cual compró al juez y demás autoridades involucradas para legalizar el despojo a sus legítimos propietarios”.
Añadió que hasta la fecha toda la confrontación fue en los tribunales hasta hoy, que a temprana hora el grupo de personas arremetió contra las viviendas, dejándolos en total desamparo porque hasta el momento ninguna autoridad ha resuelto sus demandas y han tenido que enfrentar tanto al empresario como el desdén de los distintos niveles del gobierno, concluyó.
