domingo, mayo 19, 2024
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¿Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos?


Dinero Tropical
Por José Hernández Herrera

Durante el sexenio del presidente Felipe Calderón, bajo el contexto de la crisis económica global del 2008, su entonces Secretario de Hacienda Agustín Carstens mencionó que, de acuerdo con la situación económica de México, si a Estados Unidos le daba una pulmonía, a México solo le daría un pequeño catarrito. La historia económica posterior demostró que, a México, en aquellos años, también le dio una fuerte pulmonía.

Esta frase ha sido ocupada para reflexionar constantemente acerca de nuestra histórica dependencia económica con Estados Unidos. Hoy, nuestra economía tiene una perspectiva económica realmente alentadora en buena medida por el papel de socio comercial que hay con Estados Unidos. Temas como las remesas que envían cada año nuestros compatriotas y por otro lado la enorme vinculación comercial que nos hace el principal socio a nivel global de Estados Unidos, por encima incluso de Canadá, China, Alemania y Japón.

Hoy, para nuestra fortuna, la dependencia económica con Estados Unidos no solo no llega a problema, sino que es una gran palanca para nuestro propio desarrollo. En realidad, tener la economía mas grande del mundo como principal socio comercial desdice la famosa frase atribuida a Porfirio Diaz “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”. La situación es cuando a Estados Unidos le vuelva a dar otra pulmonía. Y le dará al igual que a España, Corea del Sur y otros lados del mundo porque las economías tienen tiempos de abundancia y tiempos de vacas flacas.

¿Qué se debe de hacer al respecto? La clave está en encontrar formas de diversificar poco a poco, con visión a largo plazo, la economía de nuestro país. Esto se puede hacer al tratar de encontrar sistemáticamente nuevos lazos comerciales con economías latinoamericanas o de otras regiones comerciales que realmente puedan hacer de México un país que paulatinamente no se vuelva tan dependiente de un solo país. Por otro lado, crear una serie de políticas de soberanía energética, alimentaria y robustecer la producción y el consumo interno es clave para el objetivo planteado.

En un mundo globalizado, el problema no es que no te afecten las tormentas económicas del exterior. Eso es inevitable. El problema es que no te dejen “con pulmonías” por no prever un fortalecimiento estratégico de tu economía interna.

¿Cómo aplicamos esto a nuestras finanzas personales?

Todos hemos conocido en nuestra familia o en alguna historia de una persona cercana la historia del proveedor que quedó desempleado o se divorcia sin hacerse responsable de sus deberes familiares. Existen peores historias como aquella donde quien proveía y proveía muy bien fallece por una enfermedad o accidente. Luego, la familia sufre penurias al no tener ningún tipo de patrimonio, seguro de vida o pensión y sobre todo ni idea de cómo generar los ingresos para el estilo de vida que alguien más les daba.

Esos tiempos tenían sentido bajo la lógica que en décadas pasadas las familias tenían roles más claros y existía un solo proveedor. Hoy eso ya no debería de aplicar un papel tan unitario en la generación de ingresos.

Las familias, especialmente donde ya existen hijos, debería de tener mas de una fuente de ingresos para que eventualmente puedan tener una salida de emergencia mientras se sale de la perdida de una fuente de ingreso temporal o permanente. Es una cuestión mas de visión que de necesidad real inmediata.

Al igual que Estados Unidos, quien hoy, es nuestro gran aliado, muchas familias no se dan cuenta que no es inteligente poner todos los huevos en la misma canasta. Es mejor, crear formas de generar ingresos familiares, donde tanto el esposo como la esposa no dejen de generar ingresos, aunque ya no sea la prioridad mas importante de uno de ellos.