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No se garantiza un entorno seguro para defensores de derechos humanos: ONG

Orizaba, Ver.- La defensoría de los derechos humanos es una labor de riesgo en México, pues entre 2020 y 2023, “mil 547 mujeres periodistas y defensoras de derechos humanos de este país hemos sufrido hasta 6 mil 870 agresiones diversas”, además, “hay tres feminicidios y 23 tentativas de asesinato tan sólo en cuatro estados del país”, refiere Jairo Guarneros Sosa, representante de la organización no gubernamental Coordinadora de la Sociedad Civil.

Dio a conocer que mujeres periodistas y defensoras de derechos humanos “de 27 entidades federativas de México refrendamos el pacto de tejer en red, de fortalecer nuestra alianza por la vida y la protección para afrontar violencias y desigualdades con las que grupos de poder pretenden silenciarnos y detener nuestras luchas por la justicia y la igualdad.

Somos integrantes de pueblos originarios y campesinos, “que defendemos nuestro territorio de proyectos extractivistas que destruyen la vida, somos las que alzamos la voz ante el feminicidio y acompañamos a las mujeres que viven violencia. Somos defensoras de derechos humanos hasta que la dignidad se haga costumbre”, señala.

Asimismo, señala, “denunciamos que del año 2020 al 2023, y de acuerdo al Registro Nacional de la Red de México: mil 547 mujeres periodistas y defensoras de derechos humanos de este país hemos sufrido hasta 6 mil 870 agresiones diversas. En estos años 33 compañeras fueron víctimas de feminicidio y se cometieron 23 tentativas de asesinatos. Oaxaca, Michoacán, Ciudad de México y el Estado de México son las entidades en las que se registraron los índices más elevados de agresiones cometidas en el marco de manifestaciones, defensa del territorio, exigencia de verdad, justicia y reparación; así como la defensa de la libertad de expresión.

”Denunciamos que las autoridades locales y federales no cumplen con su obligación de garantizar un entorno seguro para defender derechos humanos y en muchos territorios son las principales perpetradoras de las violencias en nuestra contra. Como red, dice, reconocemos que el discurso de estigmatización y criminalización de nuestra acción política amplía el riesgo del ejercicio de nuestra labor.

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