En Río Medio 4, una colonia ubicada en la parte norponiente del puerto de Veracruz, Florentino Vega encontró de manera fortuita un tesoro de vestigios arqueológicos. Lo primero que halló fue una figura de cabeza.
“Ahí me la encontré y me interesó, la desenterré y se la enseñé a mi familia que dieron parte al INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia)”, afirmó
Su sobrino, Fernando Morales, interesado por el hallazgo decidió comenzar a buscar entre la arena y el lodo que había formado piedras y encontró más.
“Como puede ver son pedacitos como de cazuela. Entonces llegó esa pieza y la verdad estamos buscándole, esta pieza que se ve aquí es como un brazo”.
Desde que hicieron el hallazgo, Florentino y Fernando notificaron al INAH; sin embargo, les comentaron que podrían ir una semana después, por lo que vecinos comenzaron a explorar y encontrar otras piezas.
El arqueólogo Luis Heredia estimó que los vestigios corresponden a la cultura del centro de Veracruz que vivió de 1450 a 1950, cerca de mil 500 años.
“Un fragmento de cabeza de cerámica que es representación de un muerto, tiene los ojos cerrados. Debió ser algo así como un retrato del que fue sepultado ahí, como decía yo, en tiempos prehispánicos no había el concepto de cementerio. Eso lo trajeron los españoles. Aquí los difuntos eran enterrados en sus casas-habitaciones para seguir viviendo con ellos”, afirmó.
El instituto se encargará de resguardar las piezas encontradas, harán un informe técnico y verán cuáles pueden ser restauradas. Serán enviadas a las bodegas de bienes culturales ubicadas en el fuerte de San Juan de Ulúa.
“Hay que hacer trabajo de investigación, probablemente quede arriba de la loma consolidada. Igual revisar los bloques de la tierra donde existen los vestigios, simplemente la capa vegetal, quizá sea 40 a 50 centímetros que es donde nos podemos encontrar los restos. También hay que preguntarle al propietario dónde se ha tirado esta tierra para parar la obra y ojalá encontrar otros fragmentos”, afirmó.
Algunos vecinos han revelado que varios habitantes se han llevado piezas sin intenciones de entregarlas al INAH.
