Orizaba, Ver.– Las mujeres indígenas pareciera que no tienen escapatoria de la violencia de género. En la sierra de Zongolica se han detectado casos en los que la familia de su cónyuge, migrado a los Estados Unidos, no sólo las acosa, sino además les quitan el dinero que, desde aquel país les envían para su manutención. “Las dejan a cargo de los suegros y eso es un calvario para ellas”.
De acuerdo con Elizabeth Guevara Mitzi abogada de la asociación Kalli Luz Marina, las mujeres en las zonas serranas de la región son objeto de agresiones de parte de los familiares de su respectiva pareja que se encuentran en los Estados Unidos, en la sierra de Zongolica, dice, “donde tenemos más acercamiento es en el municipio de Atlahuilco, y nos hemos percatado que las mujeres que se quedan a cargo del hogar enfrentan una serie de problemas que incluso pueden ser graves”.
De hecho, plantea, que las condiciones económicas son apenas una de las tantas desventajas que deben sortear las mujeres indígenas que se quedan a cargo de sus hijos, cuando el esposo se va en busca de mejores condiciones económicas, “muchas veces tienen que subsistir con el apoyo que da el gobierno para los estudiantes mientras sus parejas o esposos que emigran a los Estados Unidos para elaborar en ese país”.
Con esos apoyos, expone, “primero pagan la deuda que adquirieron con su esposo, para poder irse, para pagar el coyote, ya posteriormente empiezan a recibir dinero que algunas veces les envían directamente”.
El escenario, agrega, se complica aún más cuando la familia de su pareja o esposo interviene “hay que mencionar que muchas de ellas tampoco llegan a tener el control sobre el dinero de sus parejas porque ellos le envían el dinero, por falta de confianza, a sus papás, es decir, a los suegros de las mujeres y pues ellos limitan mucho las condiciones de vida de ellas”.
“O sea que, aunque el esposo o la pareja esté percibiendo un buen salario allá en los Estados Unidos, realmente quién controla la mayoría de los casos es la suegra. Incluso en este año, en los últimos dos meses, sí hemos tenido conocimiento de casos que aun estando la pareja en Estados Unidos, ejerce violencia sobre sobre las mujeres y que muchas de ellas o en al menos dos tres casos, tienen que salir del domicilio, donde las dejaron, ya que son amenazadas por vía telefónica y algunas veces, les hacen videollamadas, y de cierta forma es de manera presencial”.
Con todo esto, expone, “las condiciones de violencia contra ellas en nada cambian, en esas circunstancias es muy difícil vivir y sobre todo porque para ellas, la situación económica pues no cambia y la situación de violencia continúa además que cuando el esposo regresa, varias de ellas se ven afectadas en su salud porque algunos ya vienen con el virus de papiloma humano ya desarrollado y lo contagian a sus parejas”.