jueves, marzo 28, 2024
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Los Encuentros de Danzantes y Músicos del Totonacapan: Autonomía, ofrenda y continuidad cultural de la nación Totonacu

Por Parastoo Anita Mesri Hashemi-Dilmaghani
Fotografías: Édgar Escamilla

El Primer Encuentro de Danzantes y Músicos de Totonacapan se realizó en la comunidad de La Chaca, en el municipio de Coyutla, en el marco de la celebración de Todos Santos. Se llamó “Entre vivos y muertos”, para honrar a los danzantes fallecidos. Era el año 2014. Para su organización, que tardó dos años, se realizaron varias reuniones de trabajo y talleres con los diferentes grupos de danzantes del territorio de la nación Totonacu, con la finalidad de fomentar la práctica ritual de la ofrenda a través de la danza.

Los Encuentros de Danzantes y Músicos de Totonacapan surgieron porque las y los abuelos preguntaban: ¿Por qué los danzantes ya no quieren participar en sus fiestas patronales? El primer encuentro y su proceso organizativo fue un pequeño reflejo de la organización comunitaria existente en el territorio de la nación Totonacu y que se ve claramente en las fechas festivas. El segundo encuentro fue en Espinal, el año siguiente. 

El tercer encuentro tuvo como eje temático “La bendición de las semillas” y se realizó en Coyutla, Veracruz, el 30 de noviembre de 2016. En la memoria que se publicó sobre el evento, el grupo promotor destacó la importancia de los encuentros de la siguiente manera: “Quisimos hacer este Encuentro de Danzantes desde el interés propio de quienes somos los portadores de eso que desde otras miradas le llaman danza, pero para nosotros significa ofrendarnos al universo”. Tal como se refirió, se ha buscado “articular un movimiento social en torno a la preservación del arte de danzar”.  

El Cuarto Encuentro de Danzantes, con la temática de “Tiempo de Jilote: Xiwitnáma”, tuvo lugar en Chumatlán. Cada año, el grupo promotor se conforma por personas de varias comunidades del territorio, y funciona cada vez de manera más autónoma. En los encuentros, se reúnen hasta 1200 danzantes de más de 10 municipios, basado en la cooperación de los diferentes grupos de danzantes y las autoridades comunitarias o regionales y, tejiendo acuerdos con instituciones acompañantes, como son el Parque Takilhsukut, bajo la dirección del antropólogo Luis Alberto Hernández Sánchez; El Centro de las Artes Indígenas; la Universidad Veracruzana Intercultural; instituciones de gobierno como la Secretaría de Gobierno del Estado de Veracruz, la entonces Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, y ayuntamientos; y, parroquias de la región.

Son cinco hombres los que realizan la danza o ritual de ofrenda Totonacu. El Caporal-sacerdote evoca al sol y, a los cuatro puntos cardinales. Los otros cuatro hombres se convierten en pájaros que vuelan hacia el sol. Una vez arriba, el Caporal baila a cada uno de los danzantes para que no les pase nada y lleguen con bien al suelo. Se pide al Dios-sol, y por esta razón, la danza es sagrada, pues con ella se solicita el agua en tiempos de sequía y también, las buenas cosechas.

El Quinto Encuentro de Danzantes y Músicos del Totonacapan fue en Buenavista, municipio de Espinal. Entre las personas promotoras, siempre se dividen responsabilidades y tareas, como se hace en las comunidades de forma continua en los diversos ámbitos de la vida colectiva. En una Asamblea General, cada ejitadoria y ejidatorio ofreció aportar $300 para cubrir las comidas y el hospedaje de los danzantes y músicos visitantes. 

El sexto encuentro, realizado el 19 y 20 de septiembre de 2018 en Coxquihui, se dedicó a la “Fiesta Patronal de San Mateo”, tal como lo solicitaron los Caporales. El Séptimo Encuentro se llevó a cabo el 27 y 28 de septiembre de 2019 en Zozocolco de Hidalgo, en el marco de la Fiesta Patronal de San Miguel Arcángel, con el tema “Uma kin tiji kan. Este es nuestro camino a seguir.” En los conversatorios se discutió sobre temáticas como “Los pueblos originarios frente a la Cuarta Transformación”, “La indumentaria indígena, el arte textil y sus significados” y, “Música en resistencia.” 

Para el antropólogo Luis Hernández, “el logro fundamental” de este camino andado “es que hay un sujeto interesado en realizarlo”, es decir, el interés y la preocupación nacen desde las y los danzantes y músicos. El esfuerzo de las personas organizadoras, danzantes y músicos, las abuelas y los abuelos, gira alrededor de preguntas que van al corazón de su sobrevivencia como nación diferenciada. ¿A quién heredo mi instrumento? Se hereda el instrumento a una niña o un niño y se le instruye. La primera esperanza de la nación Totonacu son sus hijas e hijos.

A veces hay apoyo del gobierno para los encuentros, y a veces no. Dado que para la nación Totonacu, “la danza es una ofrenda” (las y los abuelos dicen que es una flor), y se ofrenda en la fiesta patronal, los encuentros han sido una parte de esta organización propia, de su comunalidad. Como lo resumió Hernández: “La danza es la fusión cultural más importante del Totonacapan porque ellos no necesitan del gobierno para organizarse”. Es un ejercicio claro de la autonomía, en tiempos cuando es urgente que el gobierno federal, los gobiernos estatales y, los municipios entiendan no sólo la letra sino, más aún, el espíritu de lo plasmado en las leyes sobre el respeto a los derechos colectivos de las naciones originarias.

Los encuentros se reanudarán tan pronto las condiciones lo permita. Se espera noticias de ello con ansias, pues su continuidad es esencial para seguir avanzando sobre lo logrado hasta ahora. Enhorabuena para la nación Totonacu. Enhorabuena para Veracruz. Enhorabuena para México.