lunes, octubre 14, 2024
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El Caso de Goiburú y otros vs. Paraguay

Por José Roberto Ruiz Saldaña

El veintidós de septiembre de dos mil seis, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) resolvió el Caso de Goiburú y otros contra Paraguay; asunto que permitió conocer sobre las graves violaciones a los derechos humanos por una larga y cruel dictadura en otro de nuestros países hermanos de América Latina.

El doctor Agustín Goiburú nació el veintiocho de agosto de mil novecientos treinta y formó parte de la oposición al dictador Alfredo Stroessner Matiauda. Fue fundador, en mil novecientos cincuenta y ocho, del Movimiento Popular Colorado (MOPOCO), grupo político que se opuso a Stroessner. Denunció públicamente la tortura y los tratos crueles y degradantes perpetrados en contra de ciudadanos paraguayos por el régimen. Un tiempo se exilió en Argentina. De acuerdo con documentos encontrados en los “Archivos del Terror”, el doctor Goiburú continuó bajo vigilancia en territorio argentino y fue uno de los más conocidos enemigos del régimen de Stroessner hasta su secuestro y desaparición en febrero de mil novecientos setenta y siete.

La Corte IDH nos recuerda que la dictadura del General Alfredo Stroessner inició en mil novecientos cincuenta y cuatro con su golpe de Estado y duró 35 años, hasta el golpe militar de su consuegro, el General Andrés Rodríguez; por ello Stroessner se exilió en Brasil.

La dictadura de Stroessner fue caracterizada por un “permanente estado de sitio” el cual creó “un clima de inseguridad y temor que claramente impactó en los derechos humanos”. Durante la dictadura hubo una práctica sistemática de detenciones arbitrarias, prisiones prolongadas sin orden judicial, tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes, muerte durante la tortura, y el asesinato político de individuos quienes fueron llamados “subversivos” o que estaban en contra del régimen.

Para la Corte IDH no podía pasar desapercibido que durante el tiempo de los hechos existió la “Operación Condor”, esto es, la mayoría de gobiernos dictatoriales del Cono Sur reprimieron a los “elementos subversivos” de manera interestatal. Las bases ideológicas de estos regímenes fue la Doctrina de la Seguridad Nacional, la cual consideró a los movimientos de izquierda y otros grupos como “enemigos comunes”. Las actividades desarrolladas como parte de esta Operación fueron coordinadas básicamente por personal militar de los países involucrados y apoyada por la CIA, entre otras agencias estadounidenses.

Respecto a las desapariciones que tuvieron lugar bajo la “Operación Condor”, la policía y las fuerzas armadas del Cono Sur, unidas en su “cruzada anti comunista”, detuvo ciudadanos de otros países sin orden judicial, sometiéndolos a coerción física, transfiriéndolos clandestinamente a prisiones de sus países de origen o directamente desapareciéndolos. Más de 50 personas paraguayas desaparecieron después de ser encarceladas en Argentina.

En la sentencia de la Corte IDH también se analizaron los hechos relativos a la desaparición de Carlos José Mancuello Bareiro y los hermanos Benjamín y Rodolfo Ramírez Villalba.

Esta sentencia de la Corte IDH nos debe advertir sobre la dimensión interestatal de las violaciones graves a los derechos humanos, esto es, sobre el apoyo mutuo que regímenes autoritarios se han prestado para afectar los derechos y la dignidad de las personas; por ello, la defensa de éstos -ha enseñado la experiencia y la historia- también debe ser una acción supra nacional.

La sentencia asimismo nos debe advertir sobre la necesidad de conocer los contextos, condiciones y circunstancias en que se dieron estos regímenes en un espectro muy amplio de países latinoamericanos a fin de evitar su regreso bajo nuevas presentaciones.

Augusto Pinochet le decía en una conversación al jefe de estado uruguayo, José María Bordaberry, en Montevideo en mayo de mil novecientos setenta y cinco, que la democracia era el mejor caldo de cultivo del comunismo. A casi 50 años habría que recordar -y constestarle a los dictadores- que la democracia es el mejor caldo de cultivo de la democracia misma, los derechos y las libertades. 

@Jose_Roberto77