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Tensiones y optimismo

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Ya se ha dicho en este espacio que las decisiones e instrumentaciones internacionales tomadas por el gobierno de Biden parecieran dirigidas a la provocación de una guerra. Eso es la instigación y fomento de la guerra en Ucrania y eso fue la imprudente visita de Nancy Pelosi a Taiwán. 

China no dudó en mostrar el músculo y su decisión de usarlo con el bloqueo naval de la isla y el lanzamiento de misiles que la sobrevolaron para terminar en aguas territoriales de Japón. Un factor de eventual complicación adicional. Hay quien explica la visita de Pelosi motivada por sus intereses en la industria del chip. Cualquiera que sea el caso es una provocación flagrante a China, quien lo advirtió inmediatamente después de que Pelosi hiciera pública su decisión de ir a Asia. En cualquiera de los dos escenarios, el europeo o el asiático, las decisiones estadounidenses son provocativas. 

¿Buscan realmente el enfrentamiento los Estados Unidos? Eso parece.

Por lo demás, eso es consistente con lo que ha sido el comportamiento demócrata durante más de un siglo, contando desde la Primera Guerra Mundial. Woodrow Wilson, el presidente que decide participar en la guerra, era demócrata. La participación en la Segunda Guerra Mundial también fue decidida por un demócrata. Vietnam y las diversas intervenciones en Indochina también fueron iniciadas por demócratas. Fue el carismático John F. Kennedy el que, además de iniciar el intervencionismo en el sureste asiático, intentó desembarcar la contrarrevolución en Cuba. 

Excepto por la Guerra del Golfo iniciada por George Bush en los 90, todas –o la mayoría– fueron desatadas por demócratas. Lo que estadísticamente es contrario al optimismo. Sin embargo, China, luego de bloquear navalmente a la isla, ha llamado a la prudencia y a bajar un par de grados las tensiones. Falta por ver la respuesta estadounidense. Aunque con la dominación política de los neoconservadores hay espacios para la inquietud.

El gobierno mexicano ha lanzado ya un llamado a la salida posible, la conformación del mercado regional americano sobre la base del fortalecimiento de las economías nacionales como base de relaciones cooperativas entre pares. Pero eso supone que los tomadores de decisiones estadounidenses apelen a una lógica distinta y eso implica un cambio de élites. Por lo pronto, la tragedia en Cuba por la explosión de sus depósitos de petróleo y combustibles ha propiciado una respuesta masiva de colaboración y ayuda en la crisis. Incluyendo a los Estados Unidos que han mandado asesoría técnica para sofocar el incendio. Rusos y estadounidenses se encontrarán en la isla de la discordia desde 1960 y eso puede ser un encuentro colaborativo que baje las tensiones y facilite los acuerdos. Eventualmente.

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