No es casual que Beatriz Gutiérrez Muller, esposa del presidente López Obrador, haya estado en Argentina este 8m y mañana viernes vaya a estar en Chile para felicitar a Gabriel Boric, el joven presidente chileno que fuera uno de los líderes de las movilizaciones que llevaron a largar de una buena vez al pinochetismo y a votar por una nueva constitución. En plena pandemia, pretexto de la paranoia sanitaria que sirviera para reprimir. Una movilización transformadora que opuesta frontal pero civilizadamente a las lógicas del neoliberalismo. En Chile, la cuna misma de primer experimento de neoliberalismo como gobierno totalitario en el planeta. Chicago boys incluídos.
El presidente mexicano envió una carta al argentino donde le dijo: “Celebro que estés resistiendo con dignidad la gran ofensiva de la derecha, apoyándote en el pueblo para salir adelante frente a la crisis que les agobia”.
Argentina, es uno de los gobiernos anti neoliberales que empiezan a tomar las riendas en el continennte. Una aliado natural del gobierno de la 4t y del nuevo gobierno Chileno. Y en el futuro cercano, muy probablemente del de Brasil, en caso de que Lula da Silva gane en las próximas elecciones. Desde hace tiempo que se expresan temores de un atentado. Son gobiernos decididos a poner coto a las corporaciones y a la lógica que ha puesto al planeta en la precariedad en la que encuentra ante las consecuencias de la guerra económica contra Rusia. Europa, simplemente no puede soportar interrumpir los suministros de Rusia. La dependencia es sustantiva. Difiere entre países, pero Alemania, la principal economía de Europa, depende en más del sesenta por ciento del gas y petróleo ruso.
Baiden está metido en una lógica peligrosa y parece ser que estúpidamente torpe toda vez que las medidas tomadas contra Rusia se le revierten implacables. Europa no está en condiciones de no recibir suministros de gas y petróleo. La principal economía de Europa, Alemania, depende en más del 65 por ciento del gas y petróleo ruso.
Con todo, en un panorama tan delicado como incierto, hay signos de positivos que sugieren imaginarios distintos. Menos hostiles. Es el caso del mensaje al presidente argentino Alberto Fernández que se encuentra en medio del debate en el Congreso por el proyecto de ley para refinanciar la deuda de Argentina con el FMI. El mensaje es contundente:
“Beatriz te refrendará nuestro aprecio y solidaridad; tú eres nuestro compañero. Sabemos que estás enfrentando una embestida de la élite conservadora de tu país que, en mayor o menor medida, como en cualquier lugar del mundo, se caracteriza por la deshonestidad y la hipocresía”.
