Ayer se aludía en este espacio al reclamo y presiones del gobierno estadounidense por la reforma eléctrica. Presiones que ayer llegaron a un nivel grotesco cuando el congresista Vicente González sugirió que a los diputados mexicanos que participan en el Comité de Amistad México-Rusia deben retirarles la visa y prohibirles ingresar, viajar e invertir en los Estados Unidos. Como en los mejores tiempos de la Guerra Fría.
Junto con la campaña de las buenas conciencias mexicanas que se oponen a instituir la revocación/confirmación de mandato a los presidentes a la mitad del sexenio, sugiere que lo verdaderamente está en juego es el común denominador que hay entre la guerra ruso-ucraniana y de los reclamos estadounidenses por la reforma eléctrica: es el modelo de sociedad que seremos en el futuro.
Esto es, una sociedad subsumida por los intereses corporativos globalizados; o una sociedad nacional dueña de sus decisiones que vuelve a los principios del Estado y la economía de bienestar como modelo del Estado Mexicano, independientemente de la tendencia ideológica de partido que esté en el poder.
El modelo neoliberal sucumbe por la recesión post pandemia y por la guerra que ha llevado a Europa a la actual crisis pre apocalíptica de sobrevivencia por su dependencia de los energéticos y los granos rusos, país al declaran un guerra económica sin haberse asegurado antes tener la autonomía energética y alimentaria que les permita resistir un tiempo razonable sin suministros rusos.
Los líderes políticos del neoliberalismo, Biden y sus socios europeos, han tomado muy malas decisiones en muy poco tiempo y éstas se revirtieron muy pronto en su contra.
Razones suficientes suficientes para inquietarse por el futuro inmediato. Ni el gobierno ni el Congreso estadounidenses parecen tener las habilidades y conocimiento suficientes para conducir una crisis que bien pudiera ser terminal para la vida en el planeta.
