sábado, junio 1, 2024
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Salario mínimo aumenta 20% // Acumula 135% en cuatro años // Neoliberales lo masacraron

México SA

Carlos Fernández-Vega


Periódico La Jornada

De tiempo atrás, el presidente López Obrador anunció que una de sus prioridades sería recuperar al ciento por ciento el poder adquisitivo del salario, toda vez que durante el régimen neoliberal éste fue masacrado debido a las brutales políticas laborales aplicadas por seis gobiernos al hilo que sólo beneficiaron al capital a costillas del bienestar de la población. “Llevará algo de tiempo”, dijo el mandatario, pero “se logrará”.

Pues bien, con el incremento al salario mínimo por él mismo anunciado en la mañanera de ayer (20 por ciento), en los cuatro años de gobierno el aumento al miniingreso acumula un crecimiento nominal (incluido el aprobado para 2023) de 135 por ciento, contra una inflación, también acumulada (hasta octubre pasado) de 21.50 por ciento. Así, el poder adquisitivo del salario se ha recuperado de la masacre neoliberal y ahora lo importante es que gane terreno.

En diciembre de 2018 el salario mínimo vigente era de 88.36 pesos por día; a partir de enero de 2023 será de 207.44 pesos (de 312.41 para la Zona Libre de la Frontera Norte, una figura inexistente en el régimen neoliberal), de tal suerte que los trabajadores con ese nivel de ingreso pasaron de percibir 2 mil 650.80 pesos mensuales a 6 mil 223.20 pesos, una diferencia de 3 mil 572.40 pesos por mes, o, si se prefiere, 135 por ciento más.

En el caso de la Zona Libre de la Frontera Norte, a partir del primero de enero de 2019 el salario mínimo se fijó en 176.72 pesos por día; para igual fecha, pero de 2023, el miniingreso será de 312.41 pesos, lo que implica un incremento de 176.8 por ciento en el periodo. Y aún falta un incremento salarial, correspondiente a 2024, último año de gobierno de López Obrador.

Sirva para el contexto, como se ha mencionado en este espacio en reiteradas ocasiones, que durante el régimen neoliberal el salario mínimo aumentó, de forma acumulada y en términos nominales, 21 mil 464 por ciento, mientras la inflación se incrementó casi 63 mil por ciento (las cifras son del Inegi), es decir, a lo largo de 36 años el miniingreso no reportó más que caída libre en términos reales, pues el crecimiento de precios resultó casi tres veces superior al “aumento” salarial.

En la mañanera de ayer, el presidente López Obrador contestaba alguna pregunta de los colegas, cuando de repente anunció: “les tenemos una muy buena noticia y quiero aprovechar para agradecerle al sector obrero y de manera muy especial al sector empresarial, porque ya llegaron a un acuerdo para el aumento al salario mínimo. Hoy muy temprano se reunieron y hay consenso… en el incremento al salario mínimo”.

López Obrador reconoció que “tenemos muy buena relación con el sector obrero, pero quiero destacar la participación muy especial del sector empresarial, porque es donde hay más resistencias a veces. Hemos contado con su apoyo y sólo en una ocasión no hemos logrado consenso (en el porcentaje de aumento), pero el que ahora se haya logrado este acuerdo es muy importante, porque estamos enfrentando una inflación de carácter internacional y existe alguna preocupación del sector empresarial y desde luego de nosotros, porque no podemos permitir que se desate la inflación, porque eso afecta mucho. Podríamos estar incrementando el salario, pero si aumenta la inflación no avanzamos”.

En los 36 años de neoliberalismo, seis inquilinos de Los Pinos dijeron estar “comprometidos” con “el pueblo” y cada cual armó su frase de batalla: “renovación moral” (Miguel de la Madrid); “solidaridad” (Carlos Salinas de Gortari); “bienestar para la familia” (Ernesto Zedillo); “cambio” (Vicente Fox); “para vivir mejor” (Felipe Calderón); y “mi compromiso es contigo” (Enrique Peña Nieto).

Los seis hicieron exactamente lo contrario de lo que prometieron y por el arco del triunfo se pasaron el artículo 123 constitucional (inciso VI) que a la letra dice: “los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos…”, amén de que la “solidaridad” y “bienestar para la familia” fue exclusivamente para la oligarquía, autóctona y foránea, a costillas, desde luego, del bienestar de la población.

Las rebanadas del pastel

En pocas palabras: si de futbol se trata, “hay mucha afición para tan poco desarrollo deportivo” (AMLO dixit) y mientras el fondo no cambie todo permanecerá igual.