sábado, abril 27, 2024
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El bastón de mando y El Mayor // Claudia, el entorno difícil // Tomar el verdadero poder // ME: oscuro objeto del deseo

Astillero

Julio Hernández López


Periódico La Jornada

SHEINBAUM YA TIENE EL MANDO PARA SEGUIR LA 4T. El presidente Andrés Manuel López Obrador entregó anoche el bastón de mando a la ex jefa de Gobierno para coordinar la Cuarta Transformación. Luis Castillo

Tres meses y dos días después de haber expuesto a sus corcholatas más cercanas el diseño de la contienda interna para definir la candidatura presidencial de 2024, y los compromisos de unidad y fraternidad en el proceso, con premio de jugosa consolación para cuando menos el segundo y tercer lugares, Andrés Manuel López Obrador volvió al restaurante El Mayor, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en las inmediaciones de Palacio Nacional.

De aquel 5 de junio del año en curso a la fecha queda un saldo conforme al itinerario programado: Claudia Sheinbaum ya fue declarada virtual aspirante presidencial. Pero también el disenso fuerte de Marcelo Ebrard, quien dice ya no encontrar lugar en Morena y se ha convertido en una especie de oscuro objeto del deseo electoral (dicho esto en memoria de la célebre película del fallecido Luis Buñuel, hecha en adaptación muy libre de la novela La mujer y el pelele, del francés Pierre Louÿs).

Apetencias electorales zopiloteras pues, dándolo por caído en el campo guinda de batalla, sus aún explotables restos son pretendidos por los frentistas Xóchitl Gálvez y Marko Cortés (aunque éste asegura que el pleito entre el ex canciller y la ex jefa de Gobierno es una farsa), el dantesco Delgado, empresario en jefe de Movimiento Ciudadano, e incluso, así sea de dientes hacia fuera, por Sheinbaum y Mario Delgado, que tienden la mano a Ebrard más con deseo de que el gesto les sea rechazado, y así dejen “constancia” de apertura maltratada, que de verdadero gusto por tener de nuevo en las filas al disidente interno que este lunes anunciará para dónde irá electoralmente y bajo qué colores.

Por lo pronto, el máximo jefe de la Cuarta Transformación volvió ayer a la escena de los acuerdos supremos, a El Mayor, para anunciar que pasa a tono menor, en transición hacia un silencio hipotéticamente definitivo, a una rotunda jubilación en finca chiapaneca de sonoro nombre.

Formalmente, el presidente de México que más poder ha concentrado en la etapa posrevolucionaria entregó el simbólico bastón de mando de la llamada Cuarta Transformación a la científica que fue impulsando y cuidando para la sucesión.

En términos prácticos, López Obrador traslada desde ahora, a más de un año de dejar la banda presidencial, en un muy alto momento de popularidad e imantación electoral, la responsabilidad política de la continuidad de ese movimiento a Sheinbaum, quien desde ahora está rodeada justamente de los intereses y presiones de los aspirantes corcholateros que no triunfaron pero buscan regalías, y cuyo futuro electoral está necesitado de alianzas muy pragmáticas incluso con grupos contrarios al espíritu de la regeneración nacional.

Aun cuando el contexto nacional e internacional es muy distinto, es posible recordar el ambiente de enrarecimiento político y electoral que en 1994 se provocó a partir del impulso desde la silla presidencial de las aspiraciones presidenciales de Manuel Camacho, quien creía tener derecho casi fraterno a ser el sucesor y no Luis Donaldo Colosio Murrieta, una especie de hijo político de Salinas.

Mucho debe bregar Sheinbaum para que el traspaso del bastón de mando no quede en un acto ceremonial y retórico. En política no hay transferencia automática de capital político y electoral; no hay un botón que se oprima y la compleja realidad cambie y se acomode a nuevos tiempos y mandos. La verdadera toma del poder (en campañas electorales y en el ejercicio de gobierno) es un proceso largo y complicado, que con frecuencia implica actos de deslinde y de ejercicio de autoridad que pueden ser íntimamente dolorosos pero políticamente necesarios.

La candidata Sheinbaum debe tener libertad plena para ir diseñando equipos de campaña, conducción partidista y planes de trabajo, y llegado el momento, la toma de decisiones en cuanto a candidaturas al Congreso federal y las gubernaturas. ¡Hasta el próximo lunes!

Twitter: @julioastillero

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