Marchan en Orizaba
Y de nuevo tomaron las calles. Ellas no tuvieron celebración materna. Ellas salieron, como cada año, a exigir al Estado, al gobierno, les regresen a los suyos o por lo menos se agilicen las investigaciones para saber qué pasó con sus desaparecidos, que en la zona de las Altas Montañas se cuentan por cientos. En sus casas, no hubo festejos, no fueron llevadas a restaurantes, vaya, ni siquiera un obsequio que le recordara el festejo. Ellas, las buscadoras de desaparecidos, salieron a gritarle al estado, el enojo, el encono que traen por la omisión que el estado presta al problema.
Año con año, lo hacen. Salen a las calles. Protestan, gritan, exigen, reclaman, pero no hay respuestas prontas y así lo confirman los escasos resultados que se tienen en la localización de los cientos de desaparecidos que, desde hace más de una década, salieron de sus casas y no hay datos que lleven a su localización.
Ellas caminaron por el centro de Orizaba y no les importó los 30 grados de temperatura que este martes se registraron en la ciudad. Están acostumbradas, sobre todo cuando buscan en las decenas de fosas clandestinas a los suyos, a los que desaparecieron y hasta el momento no tienen noticias de ellos.
“Hoy, mientras la mayoría de las madres celebran al lado de sus hijos, nosotras marchamos. Porque desde que nos arrebataron una parte del corazón al desaparecer a nuestros hijos, no hay paz, no hay descanso y mucho menos felicidad”, fue el primero de los reclamos que hicieron.
Este día tan especial para la sociedad “en el que se demuestra amor y devoción a la madre, nosotras alzamos la voz para exigir justicia, porque no nos hemos cansado de buscar, porque aunque nos cierren las puertas nosotras seguimos en pie, seguimos preguntando, seguimos averiguando y seguimos albergando la esperanza de hallar a aquellos que amamos, porque es por ellos por lo que nos llamamos madres”.
No nos hemos cansado de buscar, dice Aracely Salcedo, “porque, aunque nos cierren las puertas, nosotras seguimos en pie, seguimos preguntando, seguimos averiguando y seguimos albergando la esperanza de hallar a aquellos que amamos, porque es por ellos por lo que nos llamamos madres”, dijo.
“Porque la lucha por un hijo no termina y una madre nunca olvida, nos acompaña en esta interminable búsqueda de sus seres queridos, pero también son las palabras con las que han rascado la tierra en busca de quienes no han vuelto a ver más, con la esperanza de encontrar una pista, un rayo de luz dentro de la oscuridad en la que se quedaron al no saber nada de a quienes les dieron vida”.
“Es verdad que en estos años hemos logrado dar paz a algunas familias, pero aún son muy pocas, por eso es por lo que remarcamos que para nosotras hoy no es un día de celebrar, hoy es un día para demostrarle a la sociedad y al gobierno que no todo es felicidad, que hay quienes pasamos noches en vela, que no conocemos la paz y que no vamos a abandonar la lucha hasta encontrarlos”.
“No importa si estamos cansadas, tristes, enfermas o incluso convalecientes, nosotras seguimos en pie, seguimos alerta, seguimos abriendo puertas, aunque sea por la fuerza. No nos importa cuántas veces nos cancelen las búsquedas en los cementerios de muerte que han arrojado una verdad que lacera y que por eso muchas de las veces nos buscan callar”.
“Nosotras seguiremos ahí, alzando la voz, dando esperanza a otras madres que, como nosotras, han perdido la razón de vivir. Hoy ya nadie nos calla y nuestro lema se ha vuelto nuestra fortaleza. En esas palabras hay un gran peso, porque ellas empujan a las autoridades a ver la realidad de una región en la que las madres viven con la angustia de no saber si sus hijos volverán a casa. Esa frase que cala hasta los huesos, porque revela la realidad en la que vivimos, quita el velo y demuestra la inseguridad en la que habitamos”.
“Exigimos justicia porque la merecemos. No nos importa cuantos años pasen, nosotras seguiremos buscando, porque el amor maternal nos guía y nos impulsa, porque hoy, aunque no los veamos físicamente sabemos que ahí están y no pararemos hasta encontrarlos, porque pase lo que pase somos y siempre seremos madres y solo queremos completar esa parte de nuestro corazón que nos fue arrebatada por la mala”.
