viernes, mayo 10, 2024
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Levinas y el pensamiento judío

Bajo la proclama de “Dios ha muerto”, Nietzsche, en La gaya ciencia (§125), no sólo inaugura un nuevo pensar dentro de la filosofía occidental, sino que también diagnostica un nuevo malestar en la cultura pero esta vez de raigambre social, política y filosófica que, sin duda alguna, viene hacer patente los signos de decadencia. Ante este panorama desolador, la filosofía contemporánea de la mano de Emmanuel Levinas (filósofo lituano de origen judío) se retrotrae al pensamiento no ya de una ontoteología, sino de un pensamiento oculto y vedado por la filosofía occidental, esto es, se lanza a la proclama y a la búsqueda de un pensar filosófico no conceptual — y menos platonizante—:el pensar hebreo, el pensar judío que abre pauta a la vivencia del acontecimiento en tanto irrupción, en tanto experiencia ajena. Según Levinas, el pensar judío es un pensar errante que clava sus pasos en un desierto social y que no sólo da cuenta de este andar en soledad y en silencio, sino que también da valor a este escenario de peregrinaje donde puede pensarse (y darse) un encuentro con lo Otro, con una trascendencia.

El mejor ejemplo de lo anteriormente dicho es el viaje de ida de Moisés, quien en su Éxodo (Ex-hodo, salida hacia afuera) muestra ese traslado como un acontecimiento fundacional, una historia que se atraviesa para dar paso al pensamiento no de la presencia, sino de la huella, de la huella que, como suscribe Alberto Sucasas en Levinas: lectura de un palimpsesto (2006), “da de sí” como pensamiento que (in)quiere ser pensado o mejor dicho vivido. Asimismo, para hacer frente al logos occidental totalizante tenemos como elección a la propia religión judía, al propio pensamiento que no se piensa a sí mismo (Identidad), sino que se piensa a través, para y con los otros. La reflexión filosófica de Levinas muestra, entre otras cosas, que la filosofía ha de pensar y pensarse desde la radicalidad del acontecer, del ser tal como somos dados ante los Otros y en suma responsabilidad por su andar en el mundo. El origen filosófico debe situarse desde la irrupción de lo Otro que ya me da que pensar y qué hacer, puesto que intenta hacerse a la escucha y donde mi “Respuesta” se torna “Palabra de sentido” a su “Llamado”; esta respuesta se da desde puntos de fuga, desde disidencias del pensar occidental y donde justamente se revela lo no-pensado, lo no-visto y lo no-escuchado.

Con Rosenzweig, y con La estrella de la redención, a Levinas se le mostrará el modo o la posibilidad de pensar filosóficamente mostrando fidelidad a la tradición judía; junto con Rosenzweig, Levinas verá en la situación judía la clave de bóveda para un nuevo filosofar. Según estos autores, la clave del pensar judío es el quid para acercarse al Otro a partir del Otro mismo, ya no cómo una apresentación corporal, sino como una “manifestación temporal” en tanto acontecimiento diacrónico. Asimismo, Levinas contribuye a pensar estos “momentos” fundacionales del acontecer de Dios, hombre y mundo, así, por un lado tenemos el tiempo de la Creación (Dios-mundo) que nos remite a un pasado que no fue presente, la Revelación (Dios-hombre) que es un presente que no tiene presencia y la Redención (hombre-mundo) remite a un tiempo futuro que no está por-venir, sino un tiempo-otro, un tiempo mesiánico que nos incumbe, pues se nos presenta en la palabra, la escucha y el rostro.

Ciertamente, la premisa levinasiana es justamente tomar la situación judía no como una modalidad entre otras de lo humano sino como la voluntad de llevar a la humanidad a su plenitud, al sentido último de su humanidad. Lo judío es el valor de la humanidad como tal, vivir la situación de Israel, es vivirla en un modo encarnado donde nos hacemos conscientes de la existencia y del valor de la historia otra, que a diferencia de Heidegger que insiste en arraigarnos a la historia, Levinas nos invita a valorarla como “acontecimiento”, como “movimiento” mesiánico. Dice Levinas que, a diferencia de Grecia, Israel no monopoliza el pensamiento, no lo trunca pues reconoce otras culturas y va al encuentro y a la Escucha de estos otros pensamientos. El judío e Israel no son un pensamiento monoteísta o una política totalizadora, sino que nos ayudan a comprender a una no-filosofía que da cuenta y reclama las pretensiones agresivas y violentas del logos filosófico que se ve necesitado del discurso para hacerse presente, esta presencia irrumpe e impide la luz a lo oculto, a lo que yace detrás de… es claro para Levinas que hay que anteponer a la metafísica de la presencia una ética que escuche al Otro en su revelación. El pueblo de Israel pondera la Escucha antes que la visión, la escucha da Libertad, la visión la condena. Finalmente, el abordaje de Levinas para con la filosofía es un abordaje de otro modo que ya no es la visión pura e intelectual, sino la vida en su actuar con y en responsabilidad de los otros: la ética es, entonces, una filosofía primera.

Dr. Luis Alberto Canela Morales
(Filosofía política, Filosofía política de la ciencia, Ética y Teoría del Estado)
Coord. Academia de Ciencia política
Profesor-Investigador de El Colegio de Veracruz (COLVER)
Carrillo Puerto No. 26 – Zona Centro – CP.91000
Tel: (228) 841 5100
Xalapa, Veracruz, México