jueves, abril 25, 2024
Anúnciate aquíGoogle search engine
- Advertisement -spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

Carlos Martínez Rentería, in memoriam

Lorenzo León Diez

“El rasgo decisivo de cualquier cosa es precisamente el desaparecer”, escribió Charles Baudelaire. Quizá por eso el obituario es el género sombra, las palabras que anuncian la muerte y despiden la vida. Letras que aspiran al epitafio, género aforístico como ningún otro. Cuentan que Roberto Williams García, nuestro querido amigo y gran antropólogo, escritor de una prosa por demás fina, dictó para que fuera esculpido sobre su tumba: “Estoy aquí contra mi voluntad”.

El obituario ya va siendo a nuestra edad de los que alcanzamos la tarjeta del Bienestar (je) un género a frecuentar. La noticia de la muerte de Carlitos Martínez Rentería es triste oportunidad para recordarlo, siendo que fue un hombre de letras, un incansable periodista salido de las viejas redacciones de prensa que muchos alcanzamos a vivir en el centro histórico del antiguo distrito feoderal.

Carlos sostuvo contra viento y marea durante 35 años su periódico, primero, y revista después, Generación. Tuvo una oficina nada más y nada menos que en La casa del poeta, de Álvaro Obregón, y allí, en anaqueles que se caían por el peso, estaban sus publicaciones.

Siendo reportero de cultura de El Universal durante más de 10 años bajo la dirección de Paco Ignacio Taibo I, nunca dejó de imprimir y distribuir su periódico. Rara avis, estos periodistas independientes, que demuestran que la libertad de pensar y escribir debe ser autónoma para ser plena.

Carlitos es un diminutivo bien calzado por este hombre excesivo, fiel a la escuela de los excesivos beat y bukovskianos. Festivo pero disciplinado. Audaz en la defensa de causas que eran, aparentemente, perdidas, como la de la libre producción, circulación y consumo de la marihuana y era coeditor de la fastuosa publicación Canabis.

Sus poemas no se conocen realmente, fueron publicados por editoras pequeñas y calificadas marginales. Será bueno que el FCE se ocupe de su obra poética.

También el índice de Generación será muy interesante para los investigadores de la comunicación y la cultura. Seguramente hay colecciones completas. Alguien por allí ya propuso que una plaza lleve su nombre. Está bien, lo merece, se ganó a pulso una presencia en la cultura del último medio siglo XX y principios del XXI. ¿Un premio? El no los recibió en vida, Carlitos era contra cultural, iba en otro sentido del progresismo intelectual, por llamarle de alguna manera a la difusión continuada y hasta institucional de las obras.

Carlos Martínez Rentería murió a los 59 años, ¿joven o viejo? Yo creo que hasta fue un milagro que llegará a esa edad, ¿temprana o tardía?… Creo que de alguna manera es puntual, pues, como diría el cuentista Valadez, “la muerte tiene permiso”.