viernes, abril 19, 2024
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Almudena Grandes: Hasta la victoria siempre.

POR María José García Oramas.

Murió en Madrid, España, Almudena Grandes, una de mis autoras favoritas, a los 61
años. Murió quizá el mismo día en que mataron a Marisol Cuadras en Guaymas, Sonora a los 18
años cuando se manifestaba pacíficamente, igual que miles de mujeres jóvenes en nuestro país, el
25 de Noviembre contra la violencia machista y los feminicidios en México, país donde cada día son
asesinadas 19 mujeres.


Almudena Grandes escribía una serie titulada Episodios de una guerra interminable.
Le faltaba el último libro de esa serie, mismo que no alcanzó a escribir. Sin embargo, sí logró decir
que ya sabía cuál era la frase final de la serie que daría sentido a su título. Nos quedamos sin esa
respuesta, es decir, sin saber a ciencia cierta porqué esa guerra que narraba en episodios era
interminable. Reconoció, sin embargo, que lo más certero era considerar que las guerras no
terminan nunca con la paz sino con la victoria, aludiendo a la última frase de la obra de Fernando
Fernán Gómez titulada Las bicicletas son para el verano.


Pienso que así como la guerra civil española terminó para Almudena Grandes con la
llegada de la democracia poniendo con ello fin a la dictadura franquista, desde luego para quienes
nunca se dejaron vencer por ella, la guerra que en este país se libra contra las mujeres no terminará
con la paz de los sepulcros sino con la victoria feminista. Es decir, con la certeza de que nunca una
más nos faltará a causa de la violencia machista y que ninguno de estos delitos quedará impune.
Terminará cuando sea cierto que ninguna mujer mexicana volverá a ser secuestrada, torturada,
vendida, secuestrada o muerta como “daño colateral” a la guerra contra el narcotráfico o a
cualquiera otra.


Duelen nuestras muertas, duele dejar de oír sus voces, no poder conocer las obras
que planeaban para el futuro, no saber cuándo ni cómo terminarán tantas muertes inocentes,
absurdas, sin sentido. Pero las recordaremos hasta la victoria siempre, cuando logremos vivir en un
país sin miedo, sin violencia. Hoy por hoy, de nada sirve un gobierno que presuma contar con una
representación paritaria de mujeres si 19 más siguen siendo asesinadas cada día por el simple hecho
de ser mujeres.


Marisol estaba en el lugar correcto y en el momento correcto: alzando la voz contra la
violencia y aun así, ahí mismo la mataron. Por eso, Almudena Grandes tiene razón: necesitamos
seguir re-escribiendo la historia, narrar la vida cotidiana de nuestras mujeres, sus luchas, sus
esperanzas, sus amores, sus alegrías para que no queden en el olvido y la indiferencia.


Descanse en paz y en la victoria Almudena Grandes. Nuestro corazón sigue latiendo, no será jamás
un corazón helado.

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