José Lima Cobos*
Causa pena ajena y es una gran insensibilidad y deshonestidad -que más que nada diría, es perversidad- que la miseria de una minoría de saqueadores y atracadores de la nación, se sientan ofendidos o zaheridos, porque el presidente López Obrador declare, de manera anticipada, que la tasa de interés referencial del Banco de México sería de 6.5, pues es algo que corresponde únicamente darlo a conocer a esa institución, pues de lo contrario, se viola su autonomía, algo que es hasta ridículo, pero como esos gallos o pollos de la oligarquía no tienen maíz, por todo chillan, y se rasgan las vestiduras, y les duele mucho que este concluido un aeropuerto, luego la refinería de dos Bocas, el tren maya y que se tenga autosuficiencia en energía eléctrica y petrolera; que ya no se roben las medicinas y que todos tengamos atención médica gratuita, resonadores de calumnias que han fortalecido al presidente.
De verdad es ridículo –aunque el presidente pidió una disculpa- que de todo se haga un escándalo y que bueno, que así suceda, porque nunca, en la historia de este país, el jefe de esas mal llamadas instituciones nacionales, -caducas y escleróticas- se había despertado a las seis de la mañana para analizar la situación sobre la seguridad de la nación y a la vez, una hora después, enfrentarse, de manera directa a los reporteros para que pregunten lo que les venga en gana y que las cosas, no se manejen jamás en lo oscurito o con boletines de prensa y el respectivo “chayote”.
Esta situación es, de verdad, inaudita, y debería ser norma para todos los servidores públicos, gobernadores, presidentes municipales, presidente de la Corte, etcétera, de manera que se demuestren que están al servicio del pueblo y que devengan lo que el erario público, que es dinero del pueblo, les entrega cada mes, pues es obvio que no existe ese cumplimiento, cuando vemos que es mucho lo que se eroga en impartición de la justicia y en las cárceles, hay cientos de personas sin sentencia, o bien , que se gasta en elecciones que no prueba que exista democracia, o que el INE la promueva, por el contrario, prevalece el enriquecimiento de esos funcionarios y resistencia permanente al cambio.
Al reformarse en el año 2009 el artículo 127 constitucional, -Calderón Hinojosa- para que nadie ganara más que el presidente de la república, los primeros que se agandallaron fueron los ministros de la Suprema Corte Justicia de la Nación, que se elevaron sus salarios a cerca de seiscientos mil pesos mensuales y, toda vez que, los presidentes municipales , por resolución de la propia Corte determinó que los municipios tenían autonomía para manejar su hacienda pública, dichos munícipes, sobre todo los del Partido Acción Nacional, también hicieron lo propio y en estos momentos ganan más que el presidente, lo que es aberrante, grave y vergonzoso, pues los dineros públicos apenas alcanzan para esos sueldos, de ahí que exista tanta violencia y criminalidad .
Nadie se desgarra las vestiduras contra los llamados organismos autónomos- entre ellos el Banco de México, INE, Inegi, etcétera, que tienen sueldos de asombro y que no se respeta la ley federal de remuneraciones de los servidores públicos, -reglamentaria de aquel artículo constitucional- habida cuenta que los jueces federales y aún la propia Corte han concedido suspensiones, y no han querido resolver ese problema, sin embargo, si pudo atacar a los pensionados y jubilados a quienes no se les aplica la ley que señala que deben pagárseles diez salarios mínimos, sino que se creó una figura , UMA para efectos de las multas, pero la inteligencia de los ministros, los llevó a ser extensivo esa figura a los que han servido toda su vida al estado o bien a las empresas.
Ahora bien, al llegar un presidente de la república, que está consciente de la pobreza y miseria del pueblo mexicano -cincuenta millones- para atender necesidades de más de once millones de personas de la tercera edad, ha determinado una pensión , que existe ya en la constitución para hacer más equitativa la distribución de la riqueza y tan es así, que la partida del presidente que era de más de cuatro mil millones de pesos anuales , se redujo a seiscientos millones y viaja, en sus giras, en aviones comerciales y la flota presidencial, así como los ocho mil militares del su estado mayor, ahora existe una ayudantía de no más de cincuenta personas.
Sería un escándalo nacional o “a lo mejor se le aplaude”, que el presidente de la república enviara una reforma al artículo 127, que no se respeta, y que por lo menos, su sueldo fuera el que percibe un ministro de la Suprema Corte, o bien de alguno de los presidentes municipales de los grandes ayuntamientos, y que de nueva cuenta pusiera en función al criminal avión presidencial que compró Calderón y- que no está en el comercio por lo ostentoso-, y que se reestableciera el estado mayor presidencial para que impida al pueblo estar en contacto con su presidente, es decir, que la fanfarronería , la corrupción, el derroche y que la frivolidad, vuelva a ser el pan nuestro de cada día y que las” mañaneras” quedaran proscritas, pues que “horror “ levantarse a la seis de la mañana y que el presidente sea el sacrosanto representante de los tres poderes, en síntesis, la corrupción perfecta.
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