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Rusia ganará la guerra

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La OTAN es una alianza militar nacida de la Segunda Guerra Mundial. Nació para contener a la Unión Soviética, la auténtica vencedora del nacional socialismo. Una vez disuelta la Unión Soviética en 1991, la razón de la OTAN se disolvió. El Muro de Berlín había caído tres años antes y la Federación Rusa terminaba su transición del capitalismo de Estado a una economía de mercado. La disonancia ideológica que marcó las décadas de la Guerra Fría terminó. Rusia transitó al capitalismo, en la modalidad de capitalismo industrial en el que se producen bienes tangibles de consumo. La del Pacto de Varsovia, la contraparte militar de la OTAN, se disolvió.

La decisión del establishment neoliberal de castigar económicamente a Rusia pareciera reeditar los álgidos años de tensión bipolar de fines de los 50 y principios de los 60 del siglo pasado; la Crisis de los Misiles.

No es así. Más bien atestiguamos el canto del cisne de la OTAN; el último gesto de un actor antes de su muerte en escena. La OTAN ha dejado de considerar a Rusia “socio estratégico” para ahora considerarla “principal amenaza”. Es estúpido porque es inútil. Simplemente no hay forma de que Ucrania gane la guerra. Por más ayuda militar y asesores militares que envíe el establecimiento neoliberal, Estados Unidos y su muy fragilizada alianza con los europeos no anglófonos. Desde la desaparición de la URSS la OTAN ha intentado reinventarse. Su principal potencia, Estados Unidos, no ha hecho más que perder guerras desde 1975: Vietnam, Afganistán, Irak. La relevancia militar de los Europeos es nula. La incorporación de Suecia y Finlandia es delirante.

Finlandia tiene frontera con Rusia. Lo único que ha logrado el gobierno finés es que Rusia arme su frontera y que apunte sus misiles contra ella. Finlandia no implica para Rusia ninguna amenaza efectiva. En realidad Finlandia coopera con la OTAN en variedad de cosas, su incorporación a la alianza es un acto más de simbolismo propagandístico que de eficiencia militar efectiva. Es uno de los movimientos más estúpidos de la historia reciente europea. Un país que era neutral y no tenía problemas con Rusia ahora ya tiene una amenaza nuclear en su frontera. Para nada.

La OTAN se reunirá en Madrid, España, en las postrimerías de junio. Será una reunión histórica. Es el principio del fin de la OTAN. Zelenski, que exige más ayuda y presencia de la OTAN para su frente oriental, no es más que una marioneta en manos de Estados Unidos. Rusia, cuando negocie, no lo hará con Zelenski, lo hará con Estados Unidos. Quizá a través de Zelenski, pero las decisiones las tomará Estados Unidos. Varios países europeos buscan la forma de zafarse de los embargo tratando directamente con Rusia. Cometieron la estupidez de sumarse al embargo. El suministro de granos está suspendido o fluye apenas a cuenta gotas y la crisis energética es total, los esfuerzos estadounidenses para proveer de energéticos a Europa son fantasiosos. 

Zelenki urge a los europeos a reforzar su frente oriental.

Lo cierto es que la anglo esfera (Estados Unidos e Inglaterra) está decidida a prolongar la guerra con Rusia hasta el último ucraniano y a costa del bienestar de sus aliados. Mientras, la parte más “prudente” de Europa , la menos proclive a la guerra (Alemania, Francia e Italia), han visitado a Zelenski para decirle en privado que es mejor que se rinda. Que pacte cualquier acuerdo y que acepte la pérdida de territorios. Por eso las quejas del comediante presidente. Inmediatamente Boris Johnson sale corriendo a Kiev para decir a Zelenski que ni se le ocurra rendirse. Zelensky obedece.

En el colmo del absurdo, la próxima reunión de la OTAN en Madrid será ampliada. Irán Japón, Corea del Sur, y Australia (!). Es decir, Estados Unidos convoca a todos sus aliados porque el número de sus aliados en Europa es minoritario.La mayor parte de los países que firmaron las sanciones contra Rusia no las han aplicado. Por lo demás, Rusia va ganando la guerra y la va a ganar. No hay otro escenario posible. Por más armamento y asesores militares que le envíen a Zelenski. 

Mientras todo esto sucede, China, el verdadero enemigo económico de Estados Unidos, domina en los intercambios comerciales del planeta y se dice que para el 2035, será la primera potencia económica mundial.

Dicho de otro modo, asistimos a una inflexión de dimensiones bíblicas. La decadencia de un sistema que no termina de morir y el nacimiento de un nuevo arreglo que no termina de nacer. Faltan cosas por ver. Lo que queda ya claro en el concierto planetario, es que hay formas y lógicas posibles distintas a las neoliberales para procesar las cosas de interés humano, los intercambios y la convivencia. Son viables porque ya han sido probadas: quién debe haber una economía de mercado dirigida por el Estado para compensar con políticas públicas compensatorias las distorsiones del mercado.

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