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En lo que parece ser una mega inflexión para la especie humana, el Foro Económico Mundial parece demasiado entusiasta, obsesionado dirían algunos, con la digitalización como medio de vigilancia y control.

El último informe del foro trata de la digitalización integral del comercio, incluyendo un marco de certificación de la identidad digital que, por supuesto, sería global y se aplicaría a los objetos físicos y digitales, y también a las personas físicas.

En las postrimerías de la pandemia, la disparidad en la recuperación incrementa las tensiones políticas, considera un estudio del Foro Económico Mundial. Brillantes. Prácticamente no hay un solo aspecto de la actividad humana que no este sujeta a tensiones adicionales.

Se insiste en que entre principales riesgos a largo plazo se relacionan con el clima. Aunque eso sea descubre como recién hace unos días se comentaba en este espacio editorial.

Anuncian que para el 2024 las economías en desarrollo (excepto China) tendrán una caída de 5.5% por debajo de su PIB esperado antes de la pandemia.

Lo cierto es que tras casi dos años de “frenón económico sanitario”, la recuperación económica es desigual, cosa que profundizará la división global, en caso de insistir en decisiones de corte neoliberal. De hecho, la disparidad en la recuperación incrementa ya las tensiones políticas. Las decisiones estadounidenses no ayudan.

El Informe de Riesgos Globales 2022 considera que mientras los principales riesgos a largo plazo se relacionan con el clima, las preocupaciones globales a corto plazo incluyen las diferencias sociales, las crisis de formas de subsistencia y el deterioro de la salud mental. Vaya, pues es un avance. Los genios neoliberales son capaces de asociar la pobreza crónica con consecuencias en la salud.

La mayoría de los expertos creen que la recuperación económica global será desigual y volátil en los próximos tres años. Ahora, en su edición número 17, el informe anima a los líderes a crear políticas que “gestionen los riesgos” y den forma a la agenda para los próximos años. De hecho, explora cuatro áreas de riesgo emergente: ciberseguridad; competencia en el espacio; transición climática desordenada; y “presiones migratorias”.

Los asesores de los convocados al foro difícilmente pueden ser más sugerentes: la agencia de seguros Marsh McLennan, SK Group y Zurich Insurance Group; así como asesores académicos de la Universidad de Oxford, la Universidad Nacional de Singapur y el Wharton Risk Management and Decision Processes Center de Pensilvania. Dicho de otro modo, la nata del pensamiento neoliberal tanto en el aspecto práctico de la especulación financiera, como en la justificación ideológico teórica.

Los 52 países más pobres tendrán una caída de 5.5% por debajo de su PIB esperado antes de la pandemia; mientras que las economías avanzadas superarían en 0.9% su PIB; así, se ampliará la brecha global de ingresos.

El foro insiste en el cambio climático y en un montón de variables que son reales porque son la consecuencia de las políticas racionalidad neoliberales. Habrá que atenderlas, desde luego, pero desde una lógica distinta. No desde la racionalidad de los mercados como el gran regulador y referente de las políticas públicas; sino la racionalidad de un Estado que protege al libre mercado, pero que lo contiene es sus impulsos depredadores y compensa a los pagadores sociales del sistema económico.

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