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Modelos pasados

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Las buenas conciencias –y desde los propios Estados Unidos– han empezado una línea de argumentación que acusa al gobierno de complicidad con el narcotráfico. Es la razón, dicen, por la que el Presidente ha ido tantas veces a Badiraguato. La campaña inicia en los Estados Unidos en voz de algunos congresistas ultraconservadores y que la oposición y no pocos creadores de opinión retoman con decisión.

Hay claramente la decisión de descalificar al gobierno federal y en los frentes internacional, en el local y en el diplomático. Todo esto sucede mientras los partidos de oposición se desesperan por revertir el sentido de las políticas públicas. Amenazan con no aprobar ninguna reforma constitucional. No extraña tanto que lo hagan porque eso es justo lo que han hecho durante todo el gobierno, porque saben que se trata de restaurar un modelo de Estado que si bien es modelo de Estado capitalista, es un Estado de bienestar. El Estado garantiza atemperar las distorsiones asociadas al sistema.

El diferendo irreconciliable. El neoliberalismo –está visto– no corrompió solo actores políticos, sino que cimentó una institucionalidad para defenderlo con buena cara. El INE, burocracia de angora. Los partidos políticos anuncian una huelga legislativa a la que seguramente se le contendrá por vías reglamentarias.

La oposición no solo una y otra vez es exhibida como disfuncional y falta de entendimiento, sino que se empecina en demostrarlo. Hablan de regresar a un modelo pasado, superado, dicen. Un modelo que creó lo que alguna vez fue la clase media nacional vigorosa cuyas raíces en muy buena medida fueron obrero campesinas. Octavio Paz lo llamó el Ogro Filantrópico. Esta vez sin corrupción.

El problema no es la alianza opositora, el problema es la naturaleza y calidad de esa oposición cuyas prioridades no son el bienestar de los gobernados, sino la concentración privada de la riqueza. Hablan de la mundialización, globalización, jamás hablan de los costos sociales que esa globalización ha tenido en el planeta. No solo en lo social y medioambiental, sino en la educación, en la salud, en la misma comprensión colectiva del entorno y de lo que nos es común como especie.

Están a la vista: el empobrecimiento obsceno de millones, la violencia sistémica, el empoderamiento de las industrias informales, todas criminales: el narcotráfico, la trata, el huachicoleo, la migración como tragedia humanitaria mundial. La balcanización territorial del país por las rutas del narco.

O cómo explicar que en plena pandemia y en camino a una eventual crisis económico/alimentaria, en el país haya paz social sin represión. Pese a la corrosión de las industrias criminales. Es el modelo neoliberal lo que está en crisis y el planeta aún tiene la posibilidad de corregir.

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