A las buenas conciencias les parece escandalosa la tensión entre el gobierno de la República y el INE, generada no por las críticas puntuales que ha hecho el Presidente, sino por la escandalosa actitud del consejero presidente y del consejero Murayama de obstaculizar la el primer ejercicio de revocación o confirmación del mandato presidencial.
La feroz resistencia del las autoridades del INE no obedece a mandatos constitucionales ni a limitaciones presupuestales. Su resistencia no es tanto a que se ratifique a López Obrador o no, sino a fundar institucionalidad y que, de retornar los conservadores el poder tuvieran que arriesgarse a mitad del su gobierno a no ser ratificados. Verdadero motivo de la oposición del INE.
Dicen las buenas conciencias que el presidente es confrontativo y genera tensiones. Pues sí, las normales de la política cuando ésta es abierta. Lo que esta en marcha no es sólo una administración, es una una revolución sin violencia destinada a restablecer un modelo de Estado cuya intención está puesta en la procuración de un bienestar duradero para todos y en atajar el entretejido de intereses que han saqueado y enajenado México durante caso 40 años. De haber existido la revocación del mandato, ni Salinas, ni Zedillo, ni Fox, ni Peña Nieto hubieran gobernado seis años, en el mejor de los casos todos hubieran gobernado tres. Los gobernados los hubieran largado y los costos económicos y en vidas jamás hubieran sido tan estúpidamente altos. Las buenas conciencias se escandalizan, porque el presidente sugiere lo que es: que las autoridades actuales del INE son oposición.
Dicen algunos que hay que el INE es garantía y que nos ha costado como sociedad mucho esfuerzo configurarlo. Es verdad en cuando a lo lento que ha sido instaurar hábitos democráticos sólidos, pero el INE ha sido manoseado y ultrajado demasiadas veces, basta recordar al impresentable consejero presidente Luis Carlos Ugalde, que intrumentalizó el enésimo fraude para darle el triunfo a Peña Nieto. El INE hace mucho que representa lo intereses contrarios a la plena democratización del país, por eso se opone con tanta vehemencia a la idea de la revocación del mandato.
