martes, abril 23, 2024
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El combate a la pobreza, un tema de seguridad mundial

Al poco tiempo de finalizar la 2ª Guerra Mundial se crea la ONU, con la intención de buscar un mecanismo para dirimir los conflictos entre las naciones y la armonía mundial basado en el diálogo, la buena voluntad, cuando menos era la justificación para su creación, aunque a la postre la ONU fuera sometida a los intereses geopolíticos de las naciones que disputan mantener la influencia económica y comercial sobre determinadas regiones, en un principio entre el llamado bloque comunista soviético y la alianza de Estado Unidos de Norteamérica, Inglaterra y Francia, bloques triunfadores de la 2ª Guerra Mundial, y hoy, entre los intereses del renovado imperio Chino, Rusia y la alianza occidental (Estados Unidos de Norteamérica, Inglaterra, Francia e Israel).

Los ideales de la ONU de ser el centro conciliador y de justicia mundial sucumbió a la fuerza de las potencias mundiales, incluso vemos como hoy ante la pandemia del Coronavirus surge un conflicto de intereses en una de los organismos de la ONU, la Organización Mundial de la Salud, por la intervención de China, llegando los Estados Unidos de Norteamérica a retirar su subsidio a la OMS en plena pandemia del Coronavirus durante la presidencia Trump.

Las potencias ganadoras de la 2ª Guerra Mundial crearon al interior de la ONU el Consejo de Seguridad, reservándose el derecho antidemocrático de veto en los asuntos que implican mantener la seguridad mundial, es decir, mantener la paz entre las naciones. El Consejo de Seguridad tiene al interior miembros permanentes (China, Francia, Rusia, Inglaterra, y Estados Unidos de Norteamérica) y 10 miembros no permanentes.

Predominantemente el Consejo de Seguridad ha sido el escenario de las disputa de las potencias hegemónica que gobiernan el mundo, velando principalmente por sus intereses y el radio de influencia que tienen en las distintas regiones del mundo; es decir, el Consejo de Seguridad por lo regular sus acuerdos fundamentales son vetados por los miembros permanentes, y estos son principalmente conflictos bélicos que paradójicamente los han provocados e incentivados los mismos miembros permanentes.

Hablo de los antecedentes del Consejo de Seguridad porque nunca se han tratado otros temas que no sean los conflictos bélicos que han acontecido en el mundo, la desintegración y la guerra interétnica de la extinta Yugoslavia, la guerra de Vietnam y Corea, el conflicto de los misiles rusos en Cuba, etc., conflictos que fueron tratados sin llegar a consensos generales, salvo al final de los mismos.

Es inédito e histórico que la Injusticia Social se haya tratado como un conflicto mundial en una sesión del Consejo de Seguridad, presidida honrosamente por México a través del presidente Obrador, injusticia social que ha llevado a la muerte a más seres humanos que todos los conflictos bélicos del mundo, y que mantiene en la pobreza y marginación a más de la mitad de los seres humanos, y que habla de la acumulación de las riquezas del mundo concentradas en las manos de unos cuantos países llamados eufemísticamente “desarrollados”, y paradójicamente siguen siendo los ganadores de la 2ª Guerra Mundial, incluso la Alemania ex nazi, el Japón todavía Imperial, cuando menos por mantener como tradición a su emperador, y la ex fascista Italia de Mussolini venidos socios sin derecho a armarse de los Aliados, se han beneficiados por su sumisión al Imperio Norteamericano.

En el mundo sigue intacto que el 1% detente la mayoría de las riquezas del planeta Tierra, auspiciado desde el inicio por un sistema económico basado en el libre mercado y la propiedad privada que ha sometido al poder político y público. Es decir, hay una estructura y una gramática de base que dicta lo que es bueno y malo, justo e injusto, y un sistema democrático que sólo sirve para legitimar el poder económico, y una superestructura económica que es la que realmente se ha encargado de la distribución de las riquezas que genera el mundo; llegando incluso a especular bajo la ley de la oferta y la demanda, la posibilidad de alimentar a todos los seres humanos de manera justa pese a haber alimentos suficientes.

Por primera vez un estadista pone en la mesa de discusión del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas ONU, la justicia social, y la propuesta de solventar a través de una justa repartición de las riquezas que ha generado el mundo y que los países desarrollados han acaparado a través del mercado y sus particulares empresas trasnacionales que son las que hacen los jugosos negocios que llenan la bolsa de la pequeña élite de ricos del mundo.

La propuesta valiente del presidente Obrador de proponer un Plan de Rescate de los pobres emula al Plan Marshall que hizo recuperar económicamente a los países europeos afectados por la 2ª Guerra Mundial, principalmente a los ganadores, ahora el Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar para la recuperación económica de los pobres del mundo, las víctimas de la injusta repartición de las riquezas que generó la economía capitalista posguerra del Plan Marshall, dejando en el limbo y la indigencia económica a la gran mayoría de las economías del mundo, principalmente África, América Latina, y Asía meridional.

Sabedor que no podemos hacer justicia social con las armas y la guerra, como románticamente pretendían y proponían los movimientos de izquierda de los 70 y 80, y consciente que el cambio de un sistema económico que se someta al poder democrático es un imposible, el presidente Obrador apela a la voluntad de los ricos del mundo, y no basado en la caridad cristiana ni ninguna ideología  trasnochada, sino apelando a la justicia y el sentido común, que conviene a los países desarrollados tener un mundo sano y justo, donde ningún hombre muera de hambre ni sea marginado de vivir una vida digna.

El Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar debe ser una muestra de voluntad de esos países y ese sector de la población mundial que se beneficia de un sistema económico y político injusto y que ha dejado un mundo con clases sociales, una, la minoría rica, y la otra, la inmensa mayoría pobre y marginada.

Nunca ningún estadista de algún país había llevado al seno del Consejo de Seguridad la propuesta de “abrazos en lugar de balazos”, por muy cursi que pretenda la derecha apátrida hacer ver esta frase, el presidente Obrador tuvo las agallas y la sabiduría para ir a decirles a esos miembros permanentes y al mundo, que en lugar de reacomodos geopolíticos de los intereses de los países ganadores de la 2ª Guerra Mundial, el mundo necesita rescatar a la gente, a las víctimas sin culpa de ese ordenamiento mundial donde la economía neoliberal los excluyó a ellos y a sus países de desarrollo para una vida digna.

La propuesta del presidente Obrador del Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar tiene que ver que “el principal problema de la actual Teoría Social del hombre, que tiene su máxima expresión en el Estado Democrático, ha sido que no ha podido resolver el problema de la pobreza y la marginación, su vigencia como expresión máxima de la civilidad ha sido cuestionada por estas realidades, así que no podemos quedarnos con el intento llano de teorizar para hallar la fórmula correcta que permita continuar con esta teoría de lo público, sin que se examine desde la pobreza y la exclusión como las pruebas que tienen que pasar todas las prácticas políticas para sostener su legitimidad, legalidad, funcionalidad y eticidad, sin ellos, continuaremos dialogando entre sordos, y viendo cómo fracasa el diálogo sobre lo público.” (1) 

“La realidad de la pobreza y la exclusión cada rato nos escupen a la cara, no podemos continuar evadiendo el camino, y las limitaciones de todo prolegómeno y teorización sobre la teoría social. Ni balbuceando sobre lo público, porque lo público es cuestionado desde la pobreza y la marginación del otro, siendo estos síntomas que cuestiona desde dentro su vigencia y actualidad.” (1)

“Habíamos pensado estúpidamente, como bien lo señala el filósofo esloveno Slavoj Zizek, que el maridaje entre capitalismo y democracia era eterno, el fracaso de ese hogar polimorfo perverso social con el que se ha eclipsado el hombre ha agotado toda posible gramática sobre lo humano, porque lo significados capitalismo (expresión de lo individual) y democracia (expresión de lo público, de lo comunitario) siempre han estado divorciados.” (1) 

“Constituye la pobreza y la exclusión los exámenes no aprobados por la teoría pública- social del hombre, y que evadiendo ese realidad nos hemos enfrascado en un vorágine intelectual de análisis de actualización de esa teoría, resumiendo que toda modernización de la política y la administración pública se ha reducido a enseñar las estrategias maquiavélicas para sostener el poder, perdiendo valioso tiempo en el diagnóstico, que el examen de la pobreza y la marginación evidentes nos arrojan, la teoría social del hombre ha fracasado, por lo que se necesita urgentemente volver a problematizar sobre el concepto de naturaleza humana, volver a discutir antes- desde-después de los griegos, sobre el dilema entre lo público y lo privado, entre voluntad y razón, entre individuo y sociedad, entre inconsciente y consciente, entre ontogénesis y filogénesis.” (1)  

“El Estado Democrático, expresión moderna de la teoría social ha fracasado, un diálogo permanente sobre la pobreza y la exclusión se instala como un urgente y vital, que cuestionará todo intento de diálogos sobre lo público superfluo y malicioso, es cosa seria, está en juega la vida pública del hombre y el destino de nuestra especie.” (1)

“No permitamos continuar con nuestra epistemología social donde la pobreza representa una condición necesaria, la dialéctica perversa rico-pobre, y en nuestras latitudes, hablamos de los países eufemísticamente llamados “en desarrollo”, sea fatalmente un destino, incluso para muchos que ni siquiera han nacido.” (1)

“Apostemos a que el Estado, aún en su expresión mínima, garantice el acceso a todos sus individuos a los alimentos, es decir, generar jurisprudencia al derecho que todo ciudadanos debe tener el acceso a los alimentos inalienablemente, evitar de esta forma los extremos en que hemos caído en el sistema neoliberal capitalista, donde un número limitado de personas detentan las mayores riquezas del mundo, y el mayor porcentaje de la población se debate en la supervivencia cotidiana. En México tenemos el mejor ejemplo de esa injusticia: contamos “honrosamente” con uno de los hombres más ricos del planeta, y, convive simultáneamente la realidad, que el 60% de la población en México es pobre, o vive en extrema pobreza.” (1)

“La idea de Estado debe cambiar, los ensayos entre un Estado benefactor intervencionista, o un Estado reducido a su expresión mínima, árbitro del libre mercado, o el Estado democrático que parecía era la expresión más civilizada del orden público y la civilidad, no han podido garantizar las condiciones mínimas de bienestar, subsistencia y felicidad al ciudadano.” (1)

México tiene por primera vez un presidente de los pobres y excluidos, un estadista que sabe que la pobreza es producto de un orden internacional impuesto por los países desarrollados (imperiales), un valiente que se atreve a proponerles un regreso a la comunidad y a la solidaridad, y le pregunto a muchos neoconservadores miopes de derecha, quién se atreve a pensar que hacer justicia social a la mayoría de humanos pobres y marginados sea unas idea tonta y absurda, cuando sabemos que las riquezas de nuestro planeta Tierra están en manos de unos cuantos países y hombres, el presidente Obrador no fue a pedir caridad fue a pedir justicia con la fuerza de la razón.

Ojalá esos países desarrollados entiendan que vivimos en un solo mundo, y que al igual que tenemos problemas graves ecológicos de atentar contra la naturaleza, tenemos un grave problema de la injusta repartición de las riquezas del mundo, que paulatinamente ha condenado a millones de seres humanos aun sin nacer a la pobreza y la marginación.